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Ejercitarse a los 80 al ritmo de Metallica

Las vecinas de Lourido han hecho de la gimnasia su estilo de vida y vuelven con más ganas que nunca tras la cuarentena

Parte del grupo que se ejercita con música en Lourido. // Gustavo Santos

Lola tiene 86 años y nunca falla a su cita con Antonio Expósito, monitor de clases de gimnasia de mantenimiento al aire libre en Lourido. Es la mayor del grupo, pero tiene un ritmo imparable y hace más de tres horas a la semana de deporte. Como ella un grupo de veinte personas de la Asociación de vecinos de Lourido empezaron hace unos años a realizar gimnasia una vez por semana y ya van por tres sesiones porque "se les hacía corto y querían más".

Las chicas, como las llama Antonio han vuelto tras la cuarentena con más ganas que nunca, y aunque reconocen que hay que bajar un poco el ritmo, el confinamiento ha sido duro y "tenían mucha ilusión por volver, y eso puede más que los achaques de la edad".

"Para ellas es una actividad fundamental en su vida, siendo personas que nunca hicieron deporte, pero el grupo les une y además de trabajar el cuerpo se divierten", comenta el monitor. Durante este tiempo encerradas en casa no han querido olvidar esta unión y crearon un grupo de Whatsapp donde compartían su día a día, se daban ánimos en los momentos difíciles unas a otras y mostraban sus recetas y mandaban bromas y chistes.

"Tienen tanta energía que a veces me olvido de la edad", reconoce Antonio, una energía que expresan a través de la música. Y es que sin ella no admiten realizar la clase.

"A veces les pongo música de orquesta. Ahora mismo tengo unos 20 dispositivos con música y según el día voy cambiando. Bailan desde ritmos más modernos a pasodoble y las sesiones cambian mucho según la música. Cuando falla el reproductor tenemos un problema porque la música es el único requisito", explica el monitor.

Cada sesión dura más de una hora y realizan ejercicios donde se trabaja la coordinación y el equilibrio, adaptándolos siempre a sus problemas musculares.

Mejor que con 30 años

"Trabajo con gente joven y no tienen mucho que envidiarles. Ellas me han sorprendido muy gratamente. Hacemos sesiones en el suelo, algo que a veces a su edad es difícil, pero son impresionantes, les indico que lo hagan con cuidado y antes de levantarme yo, despacio, ya lo han hecho ellas. Trabajan imitando todo como si se tratase de un espejo, a veces hago algún gesto sin querer y ellas también lo hacen", comenta el monitor.

Reconoce que a veces es como trabajar con niños pequeños y cada una necesita tener su material con su nombre individual. Todas ellas son mujeres muy activas, "siempre están haciendo algo" y cada vez buscan dedicar más tiempo de su vida al deporte que practican al aire libre, algo que beneficia doblemente su estado de ánimo.

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