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Solo doce camas para peregrinos

El albergue Virgen Peregrina de Pontevedra reduce a la mínima expresión su capacidad y se prepara para reabrir el 1 de julio entre mamparas, termómetros y gel hidroalcohólico

El albergue oficial del Camiño de Santiago en Pontevedra, el Virgen Peregrina, se prepara contrarreloj para abrir el próximo 1 de julio entre fuertes medidas de seguridad. Obreros y voluntarios trabajan sin descanso estos días en el acondicionamiento de las instalaciones, tanto interior como exterior, en las que podrán dormir cada noche un máximo de 12 personas.

El actual era el año en el que estaba previsto que el albergue público estrenase su tan esperada ampliación, con la que alcanzaría cerca de un centenar de plazas. Sin embargo, la pandemia del coronavirus lo ha truncado todo y desde el colectivo Amigos do Camiño Portugués a Santiago tienen que conformarse con ofrecer una décima parte de las camas a los peregrinos que realizan la ruta a Compostela. El cuarto común ya está habilitado y "es el número máximo" que entra en dicho espacio, explica Tino Lores, presidente de la asociación de hospitaleros, sin perder la sonrisa, como es habitual en él.

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La "nueva normalidad" resta plazas al albergue de peregrinos de Pontevedra

Cada una de las literas ha quedado como cama simple. Se utilizará solamente el colchón de abajo y en el somier donde debería ir el superior cada caminante deberá colocar sus pertenencias. "La idea es que no se use el suelo nada más que para caminar, porque se realizarán limpiezas y desinfecciones frecuentes y es necesario que todo esté libre y en orden", indica. Habrá una separación de dos metros entre literas y una mampara evitará el contacto entre los usuarios.

Esta es una de las principales novedades del albergue para esta época tan convulsa para el Camiño Portugués. La otra se la toparán los peregrinos así como lleguen al edificio. Para empezar, deberán entrar de uno en uno, por lo que ya no se verán las habituales aglomeraciones en la puerta principal.

Una mampara se interpondrá entre el hospitalero que se encuentre en la recepción y los peregrinos y estos serán sometidos a controles de temperatura con un termómetro digital y deberán usar el gel hidroalcohólico para higienizar sus manos y una alfombra impregnada en desinfectante para el calzado.

Se establece una ruta de entrada y salida, tanto a la zona de descanso como al jardín, de modo que nunca se crucen en las puertas dos personas. Asimismo, en las áreas comunes cada uno deberá desinfectar las sillas y mesas que utilice y se deberán guardar las distancias recomendadas por las autoridades sanitarias.

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En un mensaje enviado a los hospitaleros voluntarios de la asociación, Celestino Lores les comunica que la apertura del albergue solo tendrá lugar "con las medidas sanitarias e higiénicas" pertinentes. "Este momento representa para nosotros un reto, que afrontaremos con toda la prudencia y seguridad que quepan, pero también con toda la ilusión y la fuerza que podamos", afirma.

"Me preocupa la seguridad de los peregrinos, pero tanto o más la de todos los hospitaleros y hospitaleras voluntarios. Por ello quiero deciros que todos aquellos que no puedan, tengan miedo o quieran esperar un tiempo, no tengan problema es dejar esta actividad por un tiempo", les indica. "Lo más importante es la salud de cada uno", añade.

Por el momento, se ha confirmado la reincorporación de una veintena de los cerca de 40 hospitaleros con los que habitualmente cuenta el albergue pontevedrés, que, si todo transcurre sobre lo previsto, abrirá sus puertas en poco más de una semana.

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