Durante el pasado año la demanda de autocaravanas aumentó sensiblemente, un crecimiento que se ha multiplicado a raíz de la alerta sanitaria. "Las reservas son mucho más ahora", constata Maika Rodríguez, de la empresa Sustraiak, con sedes en Pontevedra y Bilbao.
En el momento en que se declaró la alerta sanitaria tenían las reservas completas, "y ahora que empezaron a dejar salir la gente vuelve a estar otra vez muy interesada", señala. A estas alturas ya está completo medio agosto y "tenemos ya reservas cerradas para octubre".
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El confinamiento, explica, parece habernos habituado a los espacios reducidos y a compartir. "Antes había más prevenciones", reconocen los profesionales, miedos que se superaron ya que hoy los usuarios "valoran sobre todo estar en un entorno seguro, completamente higienizado y que con la autocaranava no tienes que meterte en zonas concurridas: sabes que vas a tener unas vacaciones seguras porque vas a estar tu con tu familia".
Y es que en paralelo al incremento de la demanda, también ha cambiado el perfil de los usuarios. Hace unos años lo habitual era ver en los camping a las autocaravanas de extranjeros "pero desde hace un tiempo nuestros clientes son nacionales y ahora es más que eso, es que está de moda", indica Maika Rodríguez. Ésta explica que "antes solía ser gente más mayor que se compraba una autocaravana para viajar por Europa, pero ahora no, el turismo mayoritario son las familias".
Los principales demandantes son parejas con niños. Se les entrega la autocaravana (equipada con placas solares para que puedan enchufar electrodomésticos, aire acondicionado etc) en el aeropuerto "y muchos tiran hacia la zona de Portugal y Galicia, pero otros se van a París o a un tour por España; lo que buscan es libertad y seguridad".
