El mercadillo de antigüedades volverá a la calle Sierra en el arranque de la fase 3 o avanzada de la desescalada. La Concellería de Promoción Económica trabaja en un protocolo de adaptación de los puestos a las nuevas normas de seguridad derivadas del Covid-19 que posibilite que el rastro comience su nueva normalidad alrededor del día 14.

Se trabaja con la idea inicial de elaborar un mapa de puestos que permita que se reincorporen desde ese primer momento, si así lo desean, la totalidad de los vendedores que cuentan con autorización municipal para participar en el mercadillo.

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Al igual que sucedió esta misma semana con el mercadillo ambulante de ropa, calzado y plantas que se celebra en el entorno del parque Rosalía de Castro, el departamento que encabeza la concejala Yoya Blanco prevé ampliar la superficie disponible, extendiendo el rastro para garantizar distancias de varios metros entre puestos.

También se habilitarán itinerarios que permitan minimizar en la medida de lo posible la posibilidad de contagios, al igual que otras medidas preventivas como los equipos de protección en los trabajadores o los dispensadores de gel hidroalcohólico.

El uso de mascarillas, las precauciones de higienización al manipular objetos y la recomendación general para vendedores y clientes de hacer uso preferente del pago con tarjeta son otras de las medidas con las que se trabaja para las próximas semanas. En general, el objetivo es generar un ambiente de seguridad y control que facilite que los clientes regresen con normalidad al rastro, uno de los más animados centros de actividad de la ciudad en las mañanas de los domingos.

Promoción Económica confirmó a FARO que este protocolo "busca ser una solución para que se garantice el cumplimiento de las medidas de prevención y seguridad" y que "puedan regresar todos" a la actividad en la fase 3.

Siguiendo también esa primera experiencia del mercadillo ambulante que resultó todo un éxito (de hechos los vendedores pidieron que el ejemplo de Pontevedra se extendiese a otros punto de la provincia) la Policía Local también participará en el protocolo para garantizar el cumplimiento efectivo de las medidas de seguridad y distanciamiento.

En la fase 3 de la desescalada los mercados al aire libre tendrán la posibilidad de incrementar su actividad hasta alcanzar el 50% de los puestos o bien, como ha sido la opción de Pontevedra, se decantan por aumentar la superficie que permita una distancia similar entre cada área de venta. A partir de ahí cada concello decide los criterios y ha de garantizar la distancia de seguridad mínima de dos metros entre personas.

Estos requisitos se cumplieron con creces en el caso del mercadillo ambulante, con distancias de 3 metros entre los puestos inmediatos y de más de 5 con respecto a los de enfrente, dado el amplio espacio disponible en el entorno del río. A mayores la Policía Local prohibió el estacionamiento en el parking del Pazo, lo que facilitó todavía más que los clientes y vendedores dispusiesen de amplios márgenes para cumplir las normativas de distanciamiento.

La calle Sierra supondrá no obstante un mayor reto para ubicar los puestos y actualmente se trabaja precisamente en el mapa de distribución.