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El "boom" de las piscinas prefabricadas

Empresas pontevedresas dicen que la demanda se ha disparado debido al coronavirus. Mayo es uno de los meses fuertes para el sector, pero este está siendo "una locura"

Empleados de la empresa Piscinas Fraiz hormigonando una instalación, ayer, en Lérez. // Gustavo Santos

Las dudas al respecto de cómo funcionarán las piscinas públicas en la época estival debido a las normas de distanciamiento social obligadas por la crisis sanitaria del Covid-19, la posibilidad de un verano sin vacaciones, así como las modificaciones a la hora de disfrutar de las playas, han derivado en un "boom" en el sector de las piscinas prefabricadas.

Empresas pontevedresas aseguran que la demanda para su instalación en entornos privados se ha disparado este mes de manera considerable y, en comparación con el año pasado, las solicitudes se incrementaron hasta en un 20% más. "Normalmente, el mes de mayo es para nuestro sector uno de los meses más fuertes, pero es que este año está siendo una locura. Tenemos ahora mismo hasta 30 solicitudes de presupuesto", señalan desde ContractPool.

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En cuanto a las piscinas más demandadas por los pontevedreses, las que más se está solicitando en la actualidad son las prefabricadas y las desmontables, cuyos precios oscilan entre los 1.000 y los 10.000 euros, en función del tamaño de las mismas y de los materiales que las integran.

Asimismo, desde ContractPool destacan que, además de recibir numerosas peticiones para la instalación de nuevas piscinas de uso doméstico, también están registrando una gran demanda para mejorar o acondicionar otras más antiguas. En este sentido, explican que "muchas personas nos están llamando porque quieren prepararlas de cara al verano, demandan arreglos o su acondicionamiento integral, porque hasta ahora no las utilizaban, pero como este año no se van a ir de vacaciones quieren tenerlas a punto".

Otro de los aspectos en los que incide esta firma pontevedresa es que la fiebre por las piscinas derivada del Covid-19 ha generado una rotura de stock en las desmontables, de hecho, según apuntan desde la empresa, "los proveedores ya dejaron de suministrarlas porque no hay existencias". Es por esto que las opciones que ofrece en la actualidad ContractPool son piscinas de obra o de poliéster, entre otros.

Sobrecarga de trabajo

Una de las consecuencias que acusa el sector debido al parón por el confinamiento es la sobrecarga de trabajo actual, pues al "boom" de solicitudes registrado en las últimas semanas se suman los encargos previos realizados a lo largo de los meses de marzo y abril.

Es el caso de Piscinas Fraiz, otra empresa pontevedresa del sector que a día de hoy está construyendo seis piscinas, pero que a su vez está recibiendo nuevas solicitudes que engrosan la lista de obras por acometer.

"Con el estado de alarma, aunque podíamos trabajar al ser autónomos, los proveedores no suministraban los materiales, había retrasos al estar todo parado y apenas pudimos adelantar el trabajo que teníamos pendiente, por lo que si el año pasado a estas alturas teníamos unas 15 o 20 piscinas en marcha, este solo unas cinco o seis, y evidentemente no las podemos construir todas en una semana porque no tenemos margen de tiempo ni la misma capacidad", destacan responsables de la firma.

Hasta el mes de septiembre, calculan que realizarán la instalación de entre 30 y 40 piscinas, tanto en Pontevedra y su comarca como en el resto de la geografía gallega.

Al igual que en el caso de ContractPool, las principales demandas que llegan a Piscinas Fraiz son de personas interesadas en piscinas de poliéster o superpuestas, principalmente de tamaño intermedio de 8x4 metros con forma rectangular, una instalación que ronda los 15.000 o 16.000 euros.

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