Si hay algo que cura todos los males, o casi, eso es la playa. Un buen baño, un paseo y un rato al sol animan el ánimo de cualquiera. Si los pontevedreses ya son dados a disfrutar de los arenales, tras el confinamiento esas ganas se han avivado todavía más, máxime teniendo en cuenta el buen tiempo de estos días. Todas las playas de la comarca tuvieron ayer una importante afluencia de gente, que aprovecharon las elevadas temperaturas para darse el primer baño de la temporada.

Los concellos acondicionaron con carteles informativos sus playas explicando las normas de seguridad por el Covid-19, como la necesidad de mantener dos metros de distancia tanto en tierra como en agua y de que los grupos no superen las 15 personas.

El mes de junio es clave para el disfrute de los arenales por parte de la población local, que teme que los meses de julio y agosto se llenen y que las restricciones de acceso compliquen el verano.