El triciclo anfibio eléctrico para personas con algún tipo de problema de movilidad ya está listo para salir al mar. El proyecto, creado por alumnos de Formación Profesional básica del IES Montecelo ha sido rematado en plena pandemia. Se encuentra desde esta semana en las instalaciones del instituto tras un trabajo que ha llevado varios meses y que fue más lento de lo habitual por el estado de alarma derivado del coronavirus.
El Aquamóbil Adapt llega con un pan debajo del brazo, puesto que la iniciativa fue premiada en los galardones para la innovación en el ámbito de la FP que cada año convoca la Consellería de Educación, Universidade e Formación Profesional de la Xunta. El reconocimiento le llegó en la edición de 2019, en la que el alumnado, dirigido por el profesor Miguel Carballa, presentó la idea, que fue premiada con 10.142 euros. A partir de entonces, se pusieron manos a la obra para su construcción durante el actual curso.
Los chavales, una treintena de los cursos de primero y segundo de FP Básica de la asignatura de "Mantenimiento de vehículos", son los autores del diseño y ellos mismos dieron forma a la estructura, la parte mecánica, que quedó lista el pasado mes de febrero. Del armazón exterior se ha ocupado la empresa Arousa Fiber, de la Illa de Arousa, que realiza trabajos a medida en fibra de vídrio, carbono y kevlar.
"La empresa casi había terminado su parte en marzo, quedaban solo algunos detalles, como la pintura, pero tuvo que paralizarla hasta que pudo retomar la actividad por la pandemia", explica Miguel Carballa.
Las bases de los premios FP Innova establecen que todos aquellos proyectos galardonados deben ser expuestos en la siguiente edición, es decir, que en la de este 2020 debería poder exhibirse en el recinto que cada año se habilita en la Cidade da Cultura de Santiago de Compostela. Pero, de nuevo, las circunstancias actuales se lo pondrán difícil al ingenio de los estudiantes pontevedreses. En el aire está si la feria se celebrará este otoño, iniciado el nuevo curso.
EAquamóbil Adapt tiene una portezuela posterior con una goma que garantiza la estanqueidad y que permite que una persona que utilice silla de ruedas pueda acceder con ella en el interior del triciclo para poder entrar en el mar con total seguridad.
No es la primera vez que desde este centro de FP se da forma a alguna iniciativa en el ámbito de las personas con discapacidad. De hecho, ya han colaborado anteriormente con el centro Amencer-Aspace en la creación de bicicletas adaptadas para usuarios con parálisis cerebral y otros trastornos neuromotores. "El hecho de trabajar con ellos nos hizo ver también otro tipo de necesidades que tienen, como esta, que no estaba cubierta en el mercado", destaca el director del proyecto y profesor.
Entre los planes del centro educativo no entra la comercialización del triciclo anfibio, así como tampoco patentar la idea. "Nosotros no lo hacemos por un interés comercial ni nada por el estilo, lo hacemos para motivar a los alumnos y porque cada vez que reciben un premio ven reconocido su trabajo", celebra Carballa.
"Produciéndolo a media o gran escala, abaratando costes, cada uno de estos vehículos podría costar entre los 3.000 y los 3.500 euros", considera.
Pese a la satisfacción del trabajo bien hecho y del galardón recibido, el profesor reconoce que "siempre se puede mejorar". De hecho, apunta que si lo volviesen a construir ahora, "habría un par de cosas que cambiaríamos", como las medidas para facilitar la movilidad a los usuarios.
Por lo de pronto, ahora toca volver a celebrar, aunque sea en la distancia y los propios creadores todavía tarden en verlo físicamente.
