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Los institutos y la FP se preparan "ilusionados" para la vuelta a las aulas el lunes

Limpieza y reorganización de espacios mantienen ocupado al personal de los centros pontevedreses. Las pruebas de acceso a la universidad y la "brecha digital", lo que más preocupa a los docentes

La secretaria del IES Valle Inclán y profesora de Biología mide la distancia entre mesas. // Rafa Vázquez

Nunca un regreso a las aulas fue tan especial como este que marcará el coronavirus en segundo de Bachillerato y la Formación Profesional, cuyo alumnado se puede reincorporar para finalizar el curso el próximo lunes, 25 de mayo, día en el que, previsiblemente, Pontevedra, al igual que el conjunto de Galicia, se reincorporará a la fase 2 de la desescalada.

En los centros de la ciudad trabajan contrarreloj para tener todo preparado para ese momento. Es mucha la incertidumbre, porque aplicar las medidas de seguridad preventivas para evitar el contagio del coronavirus no es fácil, pero el personal educativo se aplica a fondo para entender las normas marcadas y minimizar el riesgo en la medida de lo posible. Con "ilusión", y también con preocupación por la evolución académica del alumnado, los docentes se preparan para recibirlo y ayudarlo a finalizar el curso con la menor incidencia posible en sus curriculum.

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No es posible realizar un recuento de cuántos estudiantes se incorporará el lunes a las clases presenciales, puesto que al ser voluntario jugarán un papel importante las circunstancias de cada familia.

"Tenemos mucha ilusión y ganas de volver a verlos porque nos gusta el contacto directo con el alumnado. Esto, en realidad, es un ensayo de cómo será el próximo curso, ya que todo apunta a que el otoño también estará marcado por el coronavirus", asegura Pepi Bargiela, secretaria del IES Valle Inclán y profesora de Biología, el más céntrico de Pontevedra, en el que los estudiantes de segundo de Bachillerato superan con creces el centenar.

Los pasillos de entrada a las aulas del instituto del Paseo de Montero Ríos están llenos de mesas, son las que se han retirado de las aulas y ahora se han colocado a modo de indicadores para guiar a los chavales en el acceso, de modo que habrá una ruta de entrada a las clases y otra de salida. En el interior de éstas, cada pupitre con su correspondiente silla, se encuentra ya a dos metros de distancia de las de su alrededor. Ni en los días de exámenes ha habido nunca tanta distancia entre el mobiliario.

"Somos conscientes de que todo va a ser más complicado, ya que ahora tendrán que entrar de uno en uno para poder cumplir el protocolo. De hecho, hemos habilitado las dos entradas del centro, la principal y la del garaje, en la parte trasera, para que según la zona en la que vivan accedan por una u otra", explica Bargiela.

"No es obligatorio que asistan presencialmente. Es más fácil que vengan los que viven en el centro, pero para los que están viviendo en otros municipios la situación se complica. Además, los hay que conviven con familiares de grupos de riesgo, como los abuelos, por lo que no se reincorporarán", apunta.

Una de las cuestiones que más preocupa al profesorado a nivel académico es que se trata de estudiantes que tendrán que presentarse a las pruebas de la ABAU, la conocida como "selectividad", los próximos 7, 8 y 9 de julio.

Como debido al estado de alarma se darán facilidades en estos exámenes para suplir las carencias arrastradas en el aprendizaje, los más perjudicados podrán ser, curiosamente, los alumnos con las notas de media más altas. "Parece contradictorio, pero para ellos puede ser más difícil acceder a las carreras universitarias con elevadas notas de corte porque subirán las de otros alumnos que en otras circunstancias no las conseguirían", apunta la secretaria del IES Valle Inclán.

Profesorado involucrado

En el IES Sánchez Cantón, con más de 150 matriculados en segundo de Bachillerato, también tienen ya organizado el circuito de entrada y salida al centro, en el que cuentan con que la gran mayoría de los alumnos de segundo de Bachillerato se incorporen a las clases presenciales.

María Rocío Vieites, la directora, es optimista y manifiesta que cree que la situación provocada por la pandemia afectará poco a nivel académico a los chavales. "El profesorado está muy involucrado y los contanidos están dados", destaca. En este sentido, recuerda que en el centro ya utilizaban la plataforma E-Dixgal desde hace años, lo que ha facilitado ahora todo el proceso.

Hasta el lunes, el instituto está dedicado plenamente a la limpieza, desinfección de aulas y compra de productos necesarios para la higiene.

De igual modo ocurre en el CIFP A Xunqueira, donde, centrados en la reorganización de espacios, cuentan con retomar la enseñanza presencial como muy tarde el martes.

Su director, Rafael Núñez, informa de que muchos de los alumnos se encuentran en período de formación en centros de trabajo y realización del proyecto o en empresas.

Por el contrario, los que suspendieron y tienen módulos pendientes tendrán que acudir a clases de recuperación.

Cree que este período ha dejado al descubierto la problemática de la "brecha digital", tanto por cuestiones económicas como de ubicación en el rural. Por ello, en el centro se volcaron en facilitar la igualdad ofreciendo a los estudiantes el material necesario en soporte físico.

Limpieza, seguridad, organización de los equipos de docencia y de contenidos... Si el Covid-19 ha venido para quedarse, debe contar con que en el ámbito educativo pontevedrés ya están preparados para que no les vuelva a frenar.

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