Pontevedra recuperó ayer, desde bien temprano por la mañana, un ambiente muy similar al de antes de que se declarase el estado de alarma. Las calles y plazas se llenaron de personas deseosas de salir y que, aprovechando la entrada en la fase 1, lo hicieron bien para hacer recados en el centro de la ciudad, bien para quedar con amigos y familiares en las terrazas de los bares y cafeterías. Muchos lo hicieron respetando las medidas preventivas aconsejadas por las autoridades sanitarias, con el uso de mascarilla o guardando la distancia de dos metros, pero también abundaron los que ya se parecen haber olvidado de que el Covid-19 ha venido para quedarse.
La de ayer fue una situación muy similar a la que tuvo lugar cuando se permitió salir por primera vez a las familias con niños. La vida regresó a las calles, pero con ella también las críticas, tanto por las restricciones en otros ámbitos, como en lo relativo a los paseos o la práctica de deporte, como por la imposibilidad todavía de visitar a los allegados en otras provincias gallegas.
EN DIRECTO
Coronavirus en Galicia: última horaCoronavirus en Galicia: última hora
Sigue las noticias sobre la incidencia de la pandemia del Covid-19 en la comunidad
Lo cierto es que si bien hubo muchos establecimientos de hostelería cerrados, especialmente los que no disponen de terrazas o las tienen con muy pocas mesas, los que sí se animaron a abrir sus puertas después de casi dos meses pudieron celebrar una excelente acogida por parte de la ciudadanía pontevedresa.
Tal y como informan desde el Concello, al menos se tiene constancia de la apertura de 15 establecimientos con terraza, que así lo comunicaron a la asociación de hosteleros y empresarios de Pontevedra, Hoempo, y a la plataforma "Pontelovers" de promoción del comercio local.
Eso no quiere decir, ni mucho menos, que recuperen el ritmo habitual de antes del confinamiento, puesto que solo está permitida la instalación del 50 por ciento de las terrazas y tampoco pueden servir en el interior de los locales, por lo que la pérdida en el volumen de negocio es evidente.
Especialmente concurridas fueron las del cruce de Riestra con la Praza de España, Praza da Verdura, Praza da Leña Gutiérrez Mellado y otras ubicadas en varias calles del casco histórico.
En el "Club del Café" tomó el alcalde su primera consumición, acompañado del teniente de alcalde, Tino Fernández, y las concelleiras de Promoción Económica, Yoya Blanco, y Promoción Cidadá, Eva Villaverde.
"Nos parecía importante venir el primer día que los pontevedreses pueden tomarse algo en una terraza y les animamos a hacerlo respetando las normas. La idea es consumir en la hostelería local", aseguró Miguel Anxo Fernández Lores, que definió de "espectaculares" los datos de contagio por coronavirus que han tenido lugar en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés hasta el momento, entre los más bajos de Galicia.
Por su parte, la concelleira de Promoción Económica destacó la puesta en marcha por parte del gobierno local del "Plan Impulsa", dentro de la plataforma "Pontelovers" de apoyo al comercio y hostelería locales. Con él se pretende ayudarles a encauzar sus negocios innovando, apostando por las nuevas tecnologías, creando sinergias e intercambiando experiencias, mejorando su escaparatismo y generando visión de nuevas oportunidades.
El plan ya fue proyectado antes de que surgiese la pandemia, por lo que la concelleira socialista subrayó que ahora más que nunca se hace necesario ponerlo en marcha.
Pero, además de los bares y cafeterías, ayer por fin también pudieron abrir otros establecimientos hasta ahora cerrados, como los negocios de estética, tiendas de ropa, zapaterías, de regalos... Siempre con condiciones de aforo limitado y extremando las medidas de limpieza.
Por ello por el centro de Pontevedra su pudo ver a numerosas personas con bolsas de las compra. En este sentido, la zona de la Oliva fue una de las más concurridas. También la conocida como "milla de oro", Benito Corbal.
También ciudadanía molesta
Lo cierto es que pese a tratarse de la fase 1 de la desescalada, hubo momentos del día, como las horas cercanas a mediodía, en los que llamó la atención la elevada afluencia de gente por las calles del centro.
Por la tarde, sin embargo, muchas de las terrazas abiertas de mañana cerraron y no se animaron a abrir hasta la hora del paseo de la franja adulta más amplia, de ocho a once de la noche. Es este aspecto quizá el que más ha enfadado a otros ciudadanos. Por ejemplo, aquellos que prefieren practicar deporte.
"Lo que no tiene sentido es que yo, que salgo con mi bici, tenga que hacerlo con pocas horas de luz, tanto a la mañana como a la noche, con el peligro que eso conlleva, y se considere que es más seguro todo este trajín de gente", se lamenta.
También las personas con familiares en otras provincias se mostraron molestas: "Yo tengo a mis hijos en Lugo y no puedo ir a verlos porque no puedo cambiarme de provincia".
Como no llueve a gusto de todos, y en esta pandemia menos, otros alertan y advierten: "Las consecuencias de todo esto se verán en quince días".
