Pontevedra se echó a la calle este fin de semana después de que entraran en vigor algunas de las primeras medidas de la bautizada como "desescalada", es decir, la hoja de ruta hacia la nueva normalidad tras el Covid-19. Y pese a las ansias por volver a pasear o a hacer deporte, el cumplimiento por parte de los pontevedreses de las normas está siendo alto, a juicio del Concello.

De hecho, la Policía Local tramitó solo 14 denuncias a lo largo de esos tres días, una cifra notablemente baja en una población de 83.000 habitantes. La inmensa mayoría de los ciudadanos complieron con los horarios permitidos para las salidas para pasear o hacer deporte. Tan solo hubo que realizar algunos requerimientos de los agentes sobre el mantenimiento de la distancia de seguridad o los horarios a los que se dio cumplimiento por parte de los ciudadanos sin mayores aspavientos. Por lo que en general, los vecinos de la Boa Vila continúan siendo ejemplares en su comportamiento también en el inicio de la desescalada.

Eva Vilaverde destacó que, aunque pudo chocar ver las primeras imágenes de aglomeraciones en la ciudad, calificó esta circunstancia como algo "normal" después de semanas de aislamiento domiciliario. "De esto se trata la desescalada", indicó, al tiempo que subrayó que sobre todo el sábado fue un día de mucha gente en la calle al coincidir las primeras salidas con las compras tras el festivo y con la víspera del Día de la Madre. Indicó que las zonas con mayor afluencia fueron Orillamar, Illa das Esculturas o la zona del Gafos por parte de los deportistas y que los mayores prefirieron las calles del centro urbano.

En el caso de Pontevedra, destaca que "los amplios espacios públicos facilitan que se pueda mantener la distancia social" recomendada y confía en la que la situación "se vaya ordenando" en estos días después de la novedad inicial.