El respeto por el medioambiente es una de las principales máximas que la biofábrica Ence Pontevedra mantiene a la hora de acometer su proceso productivo. Además de cumplir de forma rigurosa y exhaustiva la normativa vigente, la compañía mejora año tras año sus resultados ambientales mediante la aplicación de los mecanismos más respetuosos con el entorno.

Un compromiso responsable de que la planta de Lourizán se posicione como referente a nivel europeo en materia medioambiental y es que la empresa pontevedresa es una de las dos únicas biofábricas del continente que utiliza un proceso totalmente libre de cloro (TCF) a la hora de blanquear su pasta de celulosa.

Así, Ence Pontevedra apuesta por un sistema de blanqueo totalmente exento de cloro, basado en el uso de agua oxigenada, un proceso que permite producir actualmente pasta Kraft.

Además, la planta ha conseguido cerrar el ciclo de aguas residuales. Este concepto de ciclo cerrado permite reciclar y reutilizar todo lo posible los residuos de los procesos y reducir las emisiones al nivel más bajo posible, convirtiendo a la planta de Pontevedra también en todo un ejemplo de economía circular. El cierre del ciclo permite asimismo que se pueda reducir el uso de agua hasta un 88%.

Todo ello es una muestra más del compromiso de Ence con el medioambiente y con su entorno, avalado por diversas distinciones internacionales como la ecoetiqueta Nordic Swan, por cumplir con los criterios más exigentes de respeto ambiental; la Distinción Oro de la Comisión Europea, en reconocimiento a su mejora ambiental durante los últimos 15 años; o el certificado de Residuo Cero por revalorizar en un 99% sus residuos.

Una decidida apuesta por la sostenibilidad que lleva a Ence a investigar y trabajar cada día para generar productos a base de materias primas renovables que sustituyan al plástico en muchos de estos usos cotidianos y un propósito en el que se sirven de todo tipo de celulosas procedentes de madera certificada, de origen local y renovable, que son la base del papel y de una larga serie de productos biodegradables.

Uno de estos elementos a sustituir son las bolsas de la compra de material plástico. Ya hay cadenas de supermercados donde no están disponibles. Materiales alternativos para su producción son, por ejemplo, la tela y el papel. En el caso de las tradicionales pajitas de plástico, de nuevo el papel es la alternativa ecológica. Se trata de un papel grueso, especialmente tratado para estar en contacto con alimentos.El film plástico así como otros elementos presentes en la venta al público tienen también alternativas en materiales biodegradables. Finalmente, otro de los campos con más posibilidades para las fibras naturales es el textil, un sector en el que las fibras procedentes de la celulosa, base de la fabricación del tejido conocido como viscosa o rayón, suponen una alternativa sostenible para las prendas del futuro. De hecho, ya es posible encontrar este tipo de telas en muchas prendas de reconocidas firmas de moda y Ence ha incluido esta producción en sus planes de futuro.