Jose Outeda, al frente de una conocida peluquería, atiende a FARO a media mañana tras haber contestado "122 llamadas" de clientes, realizar decenas de consultas a la gestoría y búsquedas de información oficial. Lo mismo sucede en el salón de Ana Barros, otra referencia del sector que a unos días de poder reabrir reconoce estar a punto de volverse loca ("todas quieren venir, todas ser la primera", lamenta al organizar la agenda) y, como sus demás compañeros, completamente desconcertada: no sabe qué medidas de seguridad e higiene se aplicarán, ni qué será de su equipo ni siquiera si los locales que tienen alquilados valdrán para trabajar.
Es un escenario de incertidumbre que "afecta a más de 1.000 pequeñas empresas en la provincia de Pontevedra", denuncia la asociación Aempe. La llamada fase 0 permite la apertura de estos establecimientos a partir del próximo lunes, con cita previa (un servicio que por otra parte ya era habitual) y con preferencia para mayores, a fin de evitar el previsible tapón de las primeras jornadas.
Desde hace tres días los principales salones de la comarca acumulan llamadas para citas; por lo demás la desorientación es total. "En el BOE no ha salido nada, ni con medidas ni nada, lo último que sabemos es que se publicará el sábado (por mañana) para abrir o no el lunes" confirma Jose Outeda, uno de los profesionales que acumula un tapón de citas, pero que desconoce hasta el último momento las condiciones en las que podrá ir organizando la agenda.
Las instrucciones "cambian cada día, primero dijeron 2 metros, luego 1,50 metros, lo último es que una sola persona atenderá a un solo cliente por local", explica el peluquero, que al igual que Ana Barros lleva años al frente de un equipo de varios estilistas y se ve venir que si estas medidas se consolidan (caso de las reducciones de un 30% del aforo) "no voy a generar para el alquiler del local, diseñado para trabajar 6 u 8 personas? Y ni siquiera sé si el mismo local servirá en el futuro dadas las distancias entre clientes que se establecerán, por ejemplo en el mío en una zona sí podrían cumplirse pero en otra no".
Tanto los peluqueros como sus gestores desconocían a día de ayer "como vamos a trabajar realmente", explica Manuel Nova, director comercial de Galicia de Zoe-T Radikal y Luxina, marcas de referencia en el sector de la barbería. "Los distribuidores nos lo avisan desde hace semanas", señala, "y a día de hoy careceríamos de material si se nos exigiesen medidas como las mamparas de un modo generalizado", explica el profesional.
Profesionales como Jose Outeda no marcan citas a pesar de las decenas de llamadas. "No doy hora", resume, "solo cojo el teléfono porque en función de cómo podamos contratar a la gente organizaremos" el peculiar calendario que se prevé para las próximas semanas, "ni sé si otras peluquerías dan cita porque realmente nadie sabe cómo se va a organizar todo".
El presidente de la asociación de empresarios Aempe y consultor José María Corujo es otra de las voces que denuncia la inseguridad jurídica de todo el sector a unas horas de la hipotética reapertura. En general, los profesionales temen el vacío legal: "el sector está angustiado", resume el asesor de empresas, " todo son preguntas? Es una improvisación que nos parece de vergüenza".
Ana Barros, una de las voces que teme que el sector de la peluquería se enfrente en pocos años a su segundo tsunami, tras el que supuso el incremento del IVA , echa en falta un mayor apoyo desde la administración local. "Hemos llamado al Ayuntamiento para preguntar por reparto de mascarillas y desinfectantes y también por las posibles ayudas y nos han contestado que no se prevén, cuando hay pequeños concellos, de mucha menor entidad que el de Pontevedra, que han repartido materiales preventivos. Creo que este es el momento de ayudar al pequeño comercio".
