"En Pontevedra varios casos, 3 o 4, pero también en Ourense, A Coruña o en otras capitales gallegas, los robos y otros incidentes se están multiplicando en los últimos días", confirma a FARO el presidente de la Asociación de Farmacias de Pontevedra (Asfarpo), Manuel Carrascal Alcántara, a propósito de los efectos del estado de alarma en uno de los escasos sectores que continúa activo, dado su carácter de primera necesidad.

Estos establecimientos sanitarios de proximidad "al ser de lo poco que hay abierto recibimos el impacto", en forma robos, indica el presidente de la patronal de los farmacéuticos, "que además son por menos de 100 euros porque realmente apenas manejamos ya efectivo".

Se está haciendo un uso masivo de las tarjetas y cada vez más las oficinas incorporan cobradores automáticos. Con todo, los robos no son lo único que preocupa a los propietarios de oficinas de farmacia sino que disputas por las medicaciones o protestas se suman a un aumento de la inseguridad "como no veíamos desde la heroína, yo por ejemplo tengo una farmacia en la calle Príncipe de Vigo y desde hace más de 20 años no recordábamos incidentes semejantes", indica Manuel Carrasal Alcántara.

Por lo demás, las ventas "no han tenido un aumento significativo" con el confinamiento, pero sí que cambia el perfil del cliente: "Tiene más edad, todos ellos son vecinos y pocos, evidentemente, clientes de paso".

Si hace escasos días la presidenta del Colegio de Farmacéuticos alertaba de que algunos pontevedreses, buena parte de ellos mayores, estaba haciendo un uso abusivo de las oficinas de farmacia, el presidente de Asfarpo indica que "sobre todo nos plantean muchas dudas, buena parte de ellas sobre la medicación, sus necesidades al no poder contactar con el centro de salud, los síntomas del Covid-19 y sobre todo por mascarillas, termómetros".

En paralelo y de puertas adentro, las boticas han implementado "mamparas, pantallas, equipos de purificación de aire, protocolos para no coincidir en los turnos...". Se teme la especial exposición de un sector en el que el perfil tipo de trabajador es mujer madre de niños y jóvenes o que convive con mayores.