Pese a tener empapelados los cristales que daban a la calle, una patrulla de la la Guardia Civil advirtió cierto movimiento en el interior de un bar situado en una céntrica calle de Ponte Caldelas. Ocurrió el fin de semana pasado, cuando los agentes que vigilaban el cumplimiento del estado de alarma sorprendieron en su interior a un cliente tomando una consumición en la barra.

Requirieron la propietaria que abriera la caja registradora y constataron que había dinero que "podría evidenciar que ya habían sido atendidos otros clientes", informa la Guardia Civil de Pontevedra. Además, la máquina expendedora de tabaco estaba encendida y el lavavajillas funcionando con una carga de copas y vasos.

La dueña del establecimiento y el cliente fueron denunciados por la vía administrativa por incumplimiento de las restricciones derivadas del estado de alarma derivado del coronavirus.