La parroquia de Campolongo celebró ayer una misa funeral por las víctimas del coronavirus en Pontevedra. Se trataba de una misa de acción de gracias por los fallecidos y de rogativa para pedir por el cese de los fallecimientos. Se celebró a puerta cerrada y los sacerdotes intervinientes guardan una distancia de seguridad, y activan un protocolo para minimizar riesgo. Así no tocan los mismos objetos, litúrgicos, no hay paz entre ellos, toman cada uno su comunión, etc. Los obispos instan a sus fieles a seguir las directrices marcadas por el Ministerio de Sanidad y la Xunta de Galicia "particularmente a aquellos que pertenecen a grupos considerados de riesgo" ante la pandemia.

En el área sanitaria de Pontevedra han fallecido hasta el momento seis personas, la última un hombre de 90 años que estaba ingresado en Montecelo. Todos los decesos han sido de varones, de edades entre los 72 y los 90 años y "con patologías previas".