Las playas de Marín, Poio y Sanxenxo vivirán este primer fin de semana de la primavera vacías de bañistas y paseantes, ofreciendo una imagen atípica a pesar de los 20 grados de temperatura.

Las playas cerradas y los paseos sin gente debido al coronavirus son una medida que se va a extender, al menos, a toda la Semana Santa y no se descarta que continúe.

Los hosteleros sueñan con un verano normalizado, pero ni eso está garantizado, con el consiguiente perjuicio para el sector y los miles de trabajadores que se contratan en esta época.

La Guardia Civil de Tráfico intensifica desde la tarde de ayer los controles en las principales carreteras de la comarca para evitar desplazamientos a la segunda residencia, especialmente a la zona de Sanxenxo.

Precisamente, el gobierno local de Sanxenxo perfila medidas fiscales para ayudar a los sectores afectados por el coronavirus. Entre las medidas están la exención total de la tasa de terrazas a bares, cafeterías y restaurantes; la exención de 50% de la tasa de basura de 2020 a los 1.032 establecimientos que se han visto obligados a cerrar.