Al pie del cañón. Así se encuentra ahora mismo el sector del transporte en la comunidad gallega ante la alerta sanitaria. Miles de camioneros continúan cada día realizando trayectos de hasta 20 horas de conducción y el panorama que se encuentran en ruta es desolador: sin estaciones de servicio en las que poder asearse y sin bares en los que poder comer un plato de comida en condiciones.

Son las principales problemáticas a las que se enfrentan los camioneros de la comarca, además de, en algunos casos, la reducción significativa del número de clientes, de los cuales muchos ya optan por comprar más cantidades de la mercancía como medida preventiva.

Son las 11 de la mañana y Juan Domínguez y su compañero de reparto están a pocos kilómetros de finalizar la jornada. Ambos son empleados de Harina Ceres S.L. y se ocupan de abastecer a diferentes panaderías de la zona que, durante esta semana, han incrementado las peticiones de kilos de harina.

"Habitualmente, de forma diaria, solemos realizar el reparto a unos ocho clientes, pero hoy no llegamos ni a siete. Están comprando mayores cantidades para que tengamos que ir en menos ocasiones. Por otra parte, a la hora de realizar las entregas, ya casi no hablamos con los clientes, guardamos la distancia mínima de seguridad y hacemos el reparto con guantes", comenta Domínguez.

Este repartidor relata que en su sector se vive con "mucha angustia e incertidumbre" la situación actual y señala que "la gente todavía no es consciente de la gravedad de esta". En este sentido, Juan apunta que "mi madre tiene una edad y psicológicamente es muy duro pensar que le podría pasar cualquier cosa si se diera el caso de que yo la contagiara. Estamos trabajando con mucho estrés por el miedo a enfermar".

Es por esto que comenta que "ya estamos barajando iniciar antes la jornada para tener menor contacto con la gente. Habitualmente empezamos a las 3.00 o 4.00 horas de la mañana, ahora estamos pensando en empezar a las 2 y así poder terminar el reparto a las 9.00 y evitar el contacto", explica Juan.

En carretera

Durante 10 años, Domínguez trabajó como camionero realizando rutas a Italia, por lo que conoce perfectamente la realidad a la que se enfrentan estos días sus compañeros del sector: "Entiendo que los bares de las carreteras puedas estar cerrados, pero lo mínimo es que los de las áreas de servicio estuvieran disponibles para los transportistas, para que puedan asearse y comer. Es ilógico que las cierren porque así nos quedamos sin posibilidad de higiene y de alimentación", comenta.

Por otra parte, Domínguez explica que en las rutas más largas suelen ir dos chóferes, pero ahora, "seguramente sea una sola persona la que tenga que realizar esas 20 horas que pueden llegar a hacerse".

Al igual que Juan, Alfredo también conoce bien la realidad de este sector y, aunque en su caso, al haber parado PSA Peugeot Citroën la producción, no se ve afectado, cuenta que "salvo en algunas gasolineras donde se pueden tomar un café, en ruta, nuestros compañeros no tienen ni dónde ducharse ni dónde comer un plato de comida caliente", indica.