Las estaciones de servicio también se blindan para mantener un servicio tan fundamental como es el abastecimiento de combustible a la población y sobre todo a los profesionales para garantizar el abastecimiento de productos de primera necesidad.

Staroil, por ejemplo, es una empresa gallega que vende en un 85% a empresas y transportistas. Con 8 áreas de servicio, cuatro de ellas en las principales zonas industriales gallegas, fue una de las primeras empresas en adoptar una serie de protocolos frente al Covid-19 el martes 12 de marzo. Desde entonces su personal ya trabaja con mascarillas, guantes y dispone de productos especiales de desinfección. Tres días después, con el decreto del estado de alarma, las medidas se intensificaron para adaptarse a la nueva ley. "Nosotros éramos conscientes del problema que se estaba generando en Asia y sospechábamos que llegaría a Europa, tarde o temprano", de ahí su antelación a la hora de adoptar medidas.

En su condición de infraestructuras "imprescindibles" para las operaciones de transporte, a estas instalaciones se les obliga a mantener la cocina para facilitar al transportista un servicio de cátering. Es decir, un servicio de comida para llevar que se prepara entre las mayores medids higiénicas, se embolsa y se da a los clientes con todas las medidas de seguridad y puedan seguir trabajando.

Además, establecen equipos de trabajo independientes para evitar el contagio entre ellos y que si aparece algún positivo, no haya que cerrar la instalación. Los WC se desinfectan cada hora y reconocen que se ha cerrado el servicio de duchas al no poder garantizar la desinfección total y completa de la misma. "Entendemos que aunque es un servicio importante para el tranpoortista, creemos que es mayor el riesgo de contagio", indican desde esta firma.