Patrullas de la Policía Nacional y Local barrieron durante toda la jornada de ayer las calles del centro de la ciudad y también las parroquias para garantizar el estricto cumplimiento del estado de alerta por parte de toda la población.

Los agentes se centraron especialmente en las personas mayores que se encontraban en la calle. Los agentes a primera hora se encontraban con más gente de la esperada, especialmente los mayores a pesar de que se trata de uno de los colectivos más vulnerables al virus. Los policías nacionales y locales, tras comprobar si las personas que se encontraban en el exterior por causa justificada, procedían a informarles de la necesidad de mantener el confinamiento para evitar la expansión del virus a lo que la mayoría accedía con facilidad. Por la tarde ya apenas detectaron personas en la calle que no tuvieran una razón justificada para ello, según indicaron fuentes de la Policía Local.

La labor de los agentes está siendo, por ahora, informativa. Es decir, en estos primeros días no se imponen denuncias por línea general si los ciudadanos atienden de inmediato las órdenes de los policías. Es por ello que solo hay constancia de la multa ya impuesta el pasado domingo a un ciudadano que obstaculizó la labor policial. Cabe reseñar que quien incumpla el estado de alarma se enfrenta a posibles multas de entre 600 y 30.000 euros. Es lo que le puede ocurrir a los padres de dos menores residentes en padresPoioque el domingo fueron sorprendidos por la Policía Local en la playa de Chancelas practicando deportes náuticos a pesar del cierre de estos espacios. Los agentes identificaron tanto a los menores como a sus progenitores que serían los responsables en caso de multa.

La Policía Local de Poio también advirtió a una decena de locales y negocios que estaban abiertos a pesar de no figurar entre las excepciones que se recogen en el decreto. Tampoco hubo sanciones dado que atendieron a los requerimientos de los agentes de inmediato.