El la residencia de la tercera edad de la Xunta en Pontevedra los mayores hacen un seguimiento del coronavirus diario. Leen la prensa, escuchan las noticias en la radio y la televisión y es el tema de muchas tertulias de sobremesa entre compañeros y con sus visitas. Situación completamente diferente se vive en el centro cívico de Feáns (A Coruña) que ha tenido que ser cerrado de forma cautelar tras darse varios casos de coronavirus.

Ayer mismo por la mañana, los residentes pontevedreses asistieron a una reunión informativa en la que participó la dirección del centro de Campolongo. En ella se les explicaron las vías de transmisión del covid-19 y las medias preventivas, básicamente, extremar la higiene personal, incidiendo sobre todo en el lavado de manos.

De hecho, tal y como aseguran desde la Consellería de Sanidade, en diferentes puntos de las instalaciones se han colocado dispensadores de gel hidroalcohólico para garantizar la desinfección de manos. Se trata de criterios unificados para todas las residencias de mayores de Galicia.

"Estamos un poco a la expectativa, deseando que aquí no entre el virus", asegura Ricardo Álvarez, uno de los usuarios del centro, que aprovecha la tarde para tomar el sol en el exterior de la residencia con otros compañeros.

"Hay dispensadores de gel en varias zonas, como los ascensores, y nos han aconsejado que nos limpiemos bien las manos y tengamos todas las superficies limpias, como las mesas en las que echamos la partida", explica, por su parte Antonio Yllescas.

Entre la comunidad pontevedresa de este centro hay tranquilidad generalizada, aunque reconocen que "al final estamos todos expuestos, pero tanto aquí dentro como fuera".

Por el momento, reciben visitas con total normalidad. "Cada familia tiene su preocupación, pero dar consejos es muy fácil", afirma ricardo Santiago, que pide a las Administraciones que "hagan lo máximo posible y no abandonen el tema".

Josefa Martínez, de 84 años, reconoce que la preocupación de su familia es por el contacto con sus nietos, por si se favorece un contagio.

Mientras tanto, tal y como indica Laureano Vázquez, "seguiremos lavándonos las manos".