Italia "made in Galicia", ya que todos los colaboradores de origen italiano son familias o restauradores afincados desde hace años en la comarca, es el país invitado al Salón do Libro Infantil e Xuvenil 2020, al que dan la bienvenida en el Recinto Ferial varias instalaciones realizadas con narices de payaso. Se trata de un primer guiño al tema del humor, la gran inspiración de esta 26 edición, ya sea humor sutil, literario, beligerante, gráfico o el escatológico, que la organización se teme que sea el favorito.

El humor también inspira buena parte de la ambientación de esta cita que, salvo que la amenaza del coronavirus cambie los planes, espera recibir a cientos de familias y visitas escolares. El Concello como principal impulsor, pero también los 65 centros educativos y otras organizaciones colaboradoras como el Instituto Dante Alighieri, la asociación Mater Lingua, la Universidad de Vigo o la Diputación, suman esfuerzos para desplegar hasta 300 actividades.

Unos 20.000 visitantes acuden cada año a esta cita que ayer levantó el telón con el espectáculo "Un sorriso de conto", protagonizado por Xingro´s Big Band, el Coro da Xunqueira I y Manuel Albariño. La escritora Helena Villar y el dibujante Kiko Da Silva, homenajeados en esta edición, y la concejala de Cultura, Carme Fouces, tomaron la palabra para dar la bienvenida a los asistentes.

Finalizado el espectáculo, la mascota del Salón, Orbil, acompañó a los primeros niños que pudieron visitar la ambientación, por ejemplo la Sala Rodari, en donde están invitados a comunicarse mediante originales tubos con los que susurrar cuentos de pared a pared.

Muy cerca aparece muerto de risa Faustino Caldo Cocido. Hay varios libros sospechosos y se recomienda a los niños que por favor ni se les ocurra hacer fotos a la silueta que está en el suelo porque hay un caso en curso.

Las investigaciones pueden proseguir muy cerca, en la sala Caca-cu-peido-pis, donde hay un plan de busca cacas en inodoros y unos cojines que se tiran pedos. Y si no tiene suficientes risas, a unos metros está la sala de cosquillas muy bien equipada con plumas. De aquí nadie se va sin una carcajada.