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Un impulso a la autonomía

Una treintena de pontevedreses se benefician del servicio de asistencia de Cogami para personas en situación de dependencia

Paulo Fontán con una de las asistentes personales que le ayudan a diario. // FdV

Paulo Fontán, pontevedrés de 42 años, sufrió un accidente de tráfico en 1995. Desde entonces está en silla de ruedas debido a una lesión modular que le ha dejado en situación de dependencia. Él es uno de los usuarios del servicio de asistencia personal de la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade, Cogami, que beneficia a una treintena de personas en la provincia.

"Necesito ayuda para realizar tareas cotidianas, desde levantarme de la cama, el aseo, desplazarme por la calle, preparar la comida...", explica.

"La asistencia personal es un mecanismo fundamental para que las personas en situación de dependencia puedan tener un mínimo de libertad, sobre todo cuando se depende de la familia o de los favores, que no te sientas igual de libre. Con alguien profesionalizado es diferente porque se hacen las cosas como tú las harías", resume.

El pontevedrés cuenta con un asistente personal a jornada completa y con otros tres en turnos "para algunos trabajos puntuales". Son más horas de las habituales por tratarse de un accidente de tráfico y estar detrás las aseguradoras.

Fontán reconoce que, sin sobrepasar nunca los límites de la relación profesional entre la persona asistida y la asistente, se crea una confianza importante entre ambas partes. "Por las propias tareas que se desarrollan tiene que haber cierta afinidad", asegura.

El derecho a la autonomía ha centrado una de las "12 Chaves da Inclusión" de la campaña de Cogami, que cada mes se dedica a un aspecto importante en las vidas de las personas con discapacidad.

Por ello, la confederación destaca que el servicio de asistencia personal, una prestación que se concede a las personas en situación de dependencia.

Actualmente, son casi un centenar los beneficiarios en toda Galicia, 31 de ellos en la provincia de Pontevedra. En la comarca suman seis: cuatro en Pontevedra, uno en Sanxenxo y uno en Barro. Son personas con edades entre los 18 y los 65 años.

"Para una persona con discapacidad, contar con la prestación de asistencia personal supone tener el control de su vida a la hora de tomar decisión, vivir en su domicilio, interactuar con el entorno, participar en la vida pública, trabajar, estudiar tener acceso al ocio... en definitiva, permitirle tener el derecho de vivir una vida independiente en una sociedad inclusiva, aspirando en lo relativo a su libertad para elegir dónde y con quién quiere vivir", explican desde Cogami.

Este recurso, que la confederación puso en marcha en 2007, permite a los beneficiarios alcanzar mayor independencia y autonomía en la toma de decisiones. Para poder acceder a este servicio es necesario cumplir con unos requisitos como que la persona tenga reconocida la situación de dependencia, así como estar capacitada para ordenar y supervisar las actividades del servicio. De este modo, es ella misma quién decide como planear el recurso y quien da las instrucciones al asistente.

Las tareas que este último desarrolla van desde el cuidado personal (aseo, vestido, alimentación, necesidades fisiológicas...) hasta las tareas del hogar, la conducción, comunicación, la interpretación de la lengua de signos u otros sistemas alternativos.

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