Un día primaveral, cientos de vecinos de distintos puntos de la comarca implicados desde hace semanas en los preparativos y muchas ganas de pasarlo bien. Con estas bazas el desfile de Carnaval no podía sino revalidar su éxito y lo hizo en una de sus ediciones más numerosas y renovadas, tanto por la edad de buena parte de los protagonistas como por algunas inspiraciones que arrancaron las carcajadas de los asistentes.

Entre ellas destaca el narcosubmarino localizado hace dos meses en Cangas, tema por excelencia del Carnaval 2020 y en el que se fijaron varios grupos. Es el caso de Desembarco en Aldán, que se trajo hasta el centro de Pontevedra al batiscafo, rodeado de los helicópteros de la Guardia Civil, la Policía y la Telejaita; mientras unos metros más adelante Os das Pistas intentaban que su respectivo transporte sumergible no fuese interceptado por el Servicio de Vigilancia Aduanera.

Con el narcosumarino, el otro tema que capitalizó la crítica local fue la polémica reforma del puente de O Burgo. Vamos da Todo lo transformó en "El puente de las galaxias", con un Darth Lores dispuesto a recordar "Yo soy tu alcalde" desde las pantallas, una princesa Gulías, un Chewbacca Mosquera o un Han Solo Revenga.

Todos ellos acudieron a la inaguración del "icono galáctico de la ciudad" con su nueva barandilla (que también replicó con mucho éxito otros de los participantes, Construcciones Expres) y en la que no faltaron gaiteiros galácticos. Tradición y modernidad.

Otra de las críticas en clave local correspondió a la comunidad escolar de la Escuela Infantil de Verducido, cuyos valientes integrantes están dispuestos a defender su escuela "de los piratas de la Xunta que nos la intentan cerrar", afirmaron, así que la protegieron a muerte del ataque corsario que se produjo durante el desfile.

Estos irreductibles cuyo lema fue "Como mola a nosa escola" son un buen ejemplo del recambio generacional que está experimentando el Carnaval. Si en el pregón del pasado viernes la Asociación Recreativa de Xeve reivindicó el papel de los más jóvenes, en el desfile varios de los grupos incluyeron en sus filas a un elevado número de adolescentes y niños, algunos de ellos alumnos de Infantil.

Esta participación de los más jóvenes no solo se produjo en la modalidad de grupos sino también en la de comparsas, de modo que entre los mares de plumas, por ejemplo el río blanco y rojo que formó Las Flores del Carnaval, emergían pequeñas mariposas que, por supuesto, se llevaron todos los aplausos y fotos.

En otros casos (como algunos de los grupos que desfilaron disfrazados de piratas, juguetes o de un circo) estas propuestas han sido promovidas desde los colegios y tras semanas de trabajo la comunidad escolar quiere visibilizar este esfuerzo más allá de las aulas, sumándose a la cita más multitudinaria del que presume de ser el mejor Carnaval urbano de Galicia.

El mayor protagonismo de los pequeños encaja también con el público mayoritario del desfile, en el que predominan familias con niños que acudieron desde distintas localidades del entorno para presenciar el espectáculo. Así, desde media hora antes del inicio en buena parte del primer tramo por el que discurriría la comitiva apenas podían encontrarse huecos, un afluencia que se incrementó en los minutos siguientes y en la que predominaban parejas, grupos de padres y abuelos con menores.

También Sister Act Musical, con cientos de monjas cantoras, incluyó en sus cuidadas coreografías a varias novicias y monaguillos de corta edad que, no obstante, aguantaron con energía el largo desfile.

No sucedió lo mismo con el Burla Negra, el barco que capitaneaba Urco, el rey del Carnaval, y que abrió puntual la comitiva festiva. Tras recomendar a los pontevedreses "Comede, bebede e pasádeo ben; pero con sentidiño", el monarca se las prometía felices saludando a los súbditos, pero la travesía le duró poco y el bergantín se fue a pique antes de acabar el recorrido. A la altura del número 1 de la calle Michelena tuvo que ser retirado y el soberano y su séquito continuaron a pie.

La comitiva festiva se prolongó durante más de 4 horas y convocó a medio centenar de grupos, comparsas y parejas. En total, la organización estima que desfilaron más de 2.000 personas y de hecho solo las dos comparsas finales movilizaron a medio millar de bailarinas y músicos.

Una de ellas fue Estrelas da Noite, agrupación de Tomiño que presentó en la ciudad del Lérez un fantasía de invierno. A mayores de los más de 200 bailarines iluminados con luces led, desfilaron diez bolas de nieve en una sofisticada propuesta que celebra el 25 aniversario de la comparsa.

Tambien fue especialmente saludada Amoriños de Bora, que desfilaba por última vez ya que se retira del Carnaval pontevedrés tras 30 años de activa participación, y propuestas como "Cidade 10" o el "City-Can" Pontevedra, otro de los grupos en los que los niños tuvieron un gran protagonismo.

Tras el intenso arranque, el Carnaval vive hoy un día de respiro pero solo para renovar fuerzas, ya que mañana lse presentará el loro Ravachol, emblema del Entroido capitalino. A las 19.30 horas se desvelará el secreto de su disfraz en la plaza de A Peregrina y a las 21 el Pazo será escenario de la primera eliminatoria del Concurso de Murgas.