Dos años de prisión, tres años de libertad vigilada, dos de inhabilitación profesional para el ejercicio de la medicina y dos multas de 5.400 euros. Esta es la pena que aceptó ayer, J. G. A. P., un médico del servicio de Rehabilitación del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP) que reconoció haber abusado sexualmente de tres mujeres pacientes suyas. A la condena también hay que sumar tres años de prohibición de comunicación hacia sus víctimas.

El reconocimiento de los hechos por parte del facultativo permitió la aplicación por parte de la Fiscalía de las atenuantes de reparación del daño y de dilaciones indebidas (el galeno hizo frente antes del inicio del juicio a las indemnizaciones que se solicitaban para las tres mujeres y que suman 12.000 euros). De esta forma se redujo sensiblemente la pena de ocho años de cárcel que pedía inicialmente en su escrito por el primero de los delitos. Solicitaba otros dos años de prisión por cada uno de los otros dos delitos que finalmente se ven reducidos a esta multa de 5.400 euros cada uno.

Con este acuerdo, el facultativo también evitó su exposición ante los medios en un juicio con vista pública, dado que el acuerdo se cerró con una firma de la conformidad a puerta cerrada en los despachos de la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra. La Fiscalía explicó, en todo caso, que el "interés primordial" para llegar a un acuerdo y evitar el juicio era precisamente proteger a las víctimas y evitar su exposición en un juicio en el que tendrían que relatar por cuarta o quinta vez los abusos que sufrieron.

Inhabilitación

El fallo que ahora dictará la Audiencia incluye la suspensión de la pena de prisión. No obstante, fuentes cercanas al caso explicaron que esta sentencia condenatoria supone que difícilmente este médico pueda volver a ejercer en la sanidad pública. Y es que a los dos años de inhabilitación para el ejercicio de esta profesión hay que sumar la edad del médico, que está ya próximo a la jubilación, dado que cuenta con 63 años.

Además, inicialmente el acuerdo incluye la suspensión de la pena privativa de libertad de dos años de prisión, pero siempre que cumpla con una serie de condiciones como no volver a delinquir y cumplir con la prohibición de acercarse y no comunicarse con las víctimas por dos años.

Cabe recordar que las víctimas no llegaron a personarse en el proceso judicial contra el facultativo y que fue una denuncia por parte del propio Sergas ante el relato que hizo una de las afectadas al solicitar un cambio de médico la que hizo saltar las alarmas en la administración. Fue el propio Sergas el que puso estos supuestos casos de abusos en conocimiento de la Fiscalía, quien a su vez judicializó el asunto, tal y como confirmó el fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro.

Según el escrito del fiscal, los hechos que el acusado reconoció como ciertos se produjeron entre septiembre de 2014 y enero de 2015. El primer caso fue el de una mujer que acudió a la consulta del facultativo tras ser derivada desde el Servicio de Traumatología por presentar artrosis cervical y epicondilitis en el codo derecho. Tras examinarle por el codo y las cervicales (y haberle preguntado por su estado civil), el médico supuestamente le indicó que se acostase en la camilla, le subió el vestido y le apartó el tanga y se propasó. También en septiembre de ese año atendió en la consulta a otra mujer que acudía por cansancio en las piernas. Le pidió que se desnudase y le realizó tocamientos.

El tercer caso se produjo en enero de 2015 cuando acudió a la consulta derivada por el servicio de Traumatología una mujer con dolor en el pie y en los trapecios. El procesado le pidió que se quitara la camiseta y le tocó los pechos. Esto extrañó a la mujer, pero pensó que podía ser parte de la exploración de su dolencia. Volvió a la consulta en febrero y le realizó un masaje en el pecho con aceite a pesar de que esto no estaba indicado para la dolencia de la mujer ni ser de su competencia.