Limitar el tráfico de vehículos que circulan por el casco histórico de Pontevedra al mínimo imprescindible. Esta es la filosofía del histórico bando municipal que se aprobó ya en 1999 y que restringía el paso de vehículos por la zona monumental de la ciudad a los imprescindible. Es decir, se permitía su uso a los residentes, así como a vehículos para realizar operaciones de carga y descarga a determinadas horas, dado que se parte de la base de que estos servicios tienen qu llega si lo que se pretende es que el casco antiguo se mantenga vivo y dinámico.
Sin embargo, aunque la mayoría de los conductores ya han asimilado que el tráfico no necesario no puede entrar en el casco urbano, la Policía Local de Pontevedra realiza controles y vigilancias todo el año para garantizar el cumplimiento del citado bando. A pesar de ese seguimiento continuo, de vez en cuando, y al igual que ocurre con otros aspectos en materia de seguridad vial como el alcohol o el uso del móvil, se hacen campañas específicas en las que se intensifica esta vigilancia.
Esto es lo que está sucendiendo estos días y por eso muchos pontevedreses se sorprendían de la presencia de agentes municipales apostados en las principales entradas al casco histórico que preguntaban al conductor por el motivo y las circunstancias por las que decidía acceder con su vehículo a esta zona de tráfico restringido para vehículos.
El objetivo es comprobar que se cumplían los requisitos del citado bando de hace ya 31 años en el que se declaraba que toda la zona monumental era de preferencia peatonal.
Según explican fuentes de la Policía Local, la mayoría de los conductores suelen cumplir con las normas y las sanciones que se imponen básicamente son por estacionamiento indebido o prolongado o fuera de los horarios habilitados para carga y descarga.
