La transformación urbana de Pontevedra es un proceso "polémico y yo creo que irreversible", dijo el alcalde de la ciudad, Miguel Anxo Fernández Lores, en la primera conferencia del ciclo organizado por el Ateneo de Pontevedra "Espazos Urbanos. Utopías do Imposible". Lores explicó cómo se logró en Pontevedra una "transformación radical" de la ciudad a lo largo de los últimos veinte años, "sin cambiar el Plan General de Ordenación Urbana de 1990". El regidor aseguró que Pontevedra soporta todavía hoy un índice de motorización "altísimo", en relación a su población, con un parque móvil de unos 60.000 vehículos en una población de algo más de 84.000 habitantes. Porcentualmente es -aseguró el alcalde- mayor que el que soportan ciudades como Madrid o Barcelona.

El primer edil admitió ante el público que acudió a este ciclo -que se celebra en el Sexto edificio del Museo Provincial-, que el tráfico "tiene muy mal arreglo" en cualquier ciudad y que tampoco el transporte urbano resuelve el exceso de automóviles y de tránsito de los mismos. Por eso Pontevedra optó por cambiar las prioridades y crear una ciudad "para las personas y no para los vehículos", en un proceso "integral, flexible y completo", que además es "saludable" para las personas, ya que las obliga a desplazarse con su propia fuerza motora.

"Estoy orgulloso de lo que logramos entre todos", afirmó el regidor al explicar este proceso de transformación que llevó a retirar gran parte del tráfico de la ciudad, para ganar la calle parar las personas. Se hizo, subrayó el alcalde, "con valentía política y aguantando" las críticas, teniendo claro desde los años de oposición un objetivo a lograr del que ahora se empiezan a ver los frutos.

En su discurso, Lores pasó por alto el epígrafe de "sin cambiar el PGOU de 1990", incluido en su presentación, pero incidió en las claves de la voluntad política, la coordinación de esfuerzos y una "alta participación social" para lograr los objetivos de "mejora integral de la ciudad, la accesibilidad universal, lograr más espacio público para la vida social, así como la seguridad viaria" que han llevado a la capital al dato de cero muertos por accidentes de tráfico en la urbe. "Democratizar" los espacios públicos y luchar contra la "violencia viaria" fueron otros objetivos perseguidos con este plan diseñado a largo plazo para dar una nueva vida a "una ciudad triste" y que en los años noventa era "un almacén de coches", recordó el alcalde.

Explicó algunos métodos aplicados, como el de "empujar" a los vehículos a salir de la ciudad prácticamente por donde han entrado, sin lograr atravesar el centro urbano.

Además de Lores han confirmado su asistencia los alcaldes de Cangas, Vilagarcía y Marín, mientras que están a la espera de la confirmación de la asistencia de los alcaldes de Vigo y Lalín.