La Policía Nacional trata de localizar al dueño de un perro de raza potencialmente peligrosa, un “dóberman”, que atacó a un pontevedrés el pasado 16 de enero en la plaza de Barcelos. De hecho, fuentes policiales hacen un llamamiento público para que cualquier persona que tenga información sobre la identidad de esta persona que se ponga en contacto con la Comisaría para tratar de localizarlo.

Según consta en la denuncia presentada por la víctima de estos hechos en la Comisaría, este varón de 26 años se dirigía a una clínica ubicada en la plaza de Barcelos cuando fue atacado por este perro que comenzó a morderle por diversas zonas del cuerpo. Añade que el perro estaba suelo y sin bozal a pesar de estar catalogada su raza como “potencialmente peligrosa”.

El denunciante, en un caso adelantado por Pontevedraviva, relató que el dueño del perro, intentó que el animal cesara la agresión pero no lo consiguió, puesto que según explicó a los agentes en su comparecencia en la Comisaría, no se atrevió ni a agarrar al perro ni tampoco a ponerle la correa que llevaba en la mano.

Fue entonces cuando de un bar de las inmediaciones salió un hombre de unos 60 años, testigo de los hechos, que al ver la agresión se dirigió al lugar y auxilió al denunciante. Al mismo tiempo, se dirigió al dueño del perro indicándole que la víctima le iba a denunciar y esto provocó que el chico saliese corriendo de la plaza, en dirección a la calle Perfecto Feijóo, saliendo el perro detrás de él y perdiéndose ambos de vista.

Tras la agresión, la víctima fue trasladada por su padre a un centro sanitario en donde le atendieron de las heridas. Según el parte médico, que acompañó con la denuncia, presentaba multiples erosiones por todo el cuerpo. El parte médico en el que se recogen esas lesiones acompañó a la denuncia policial presentada instantes después ante la Comisaría de Pontevedra.

La víctima dio a la policía una descripción del dueño del animal, que responde al nombre de “Lulo”, dado que escuchó como su propietario le llamaba para que cesara en su agresión. Se trata de un varón de unos 35 años y metro ochenta de estatura, complexión normal, pelo oscuro y corto. La víctima ha puesto también el caso en manos de unos abogados.