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"Cuando no viene nos falta algo en casa"

En Poio 58 personas reciben ayudas debido a su grado de dependencia, sumando más de 3.000 horas concedidas

Janina con su marido Manuel y la auxiliar que les ayuda en el salón de su casa. // Gustavo Santos

Mar abre la puerta de la casa de Janina y Manuel. Tras una larga y empinada escalera espera Janina que, bastón en mano, ayuda a Manuel a ir hasta el salón. "Mar significa mucho, es como si fuera nuestra hija, el fin de semana no viene y estamos un poco tristes porque nos falta algo en casa", esboza tímidamente con una sonrisa Manuel. Habla sobre la trabajadora que les asiste en el hogar gracias a la ayuda de libre concurrencia que proporcionan la Diputación de Pontevedra y el Concello de Poio.

"Tengo las prótesis de caderas y tengo una incapacidad por mis problemas de huesos en las rodillas y en la columna. Me cuesta mucho andar y necesitábamos ayuda en la casa. Yo tengo que andar con el bastón y no puedo estar mucho de pie, no puedo ni pasar una fregona", resume Janina Díaz. Su marido, Manuel Salguiero, padece Parkinson y necesita asistir a diálisis tres veces a la semana. "El día a día es muy difícil", comenta ella. Recuerda a sus dos hijos fallecidos y se emociona pensando en su situación. "Si los tuviéramos estaríamos mejor, pero es que así ella -señala a Mar- nos hace más falta".

Mar Llamazares es auxiliar de enfermería y geriatría y trabaja en varios hogares del municipio a través de la empresa Idade. Reconoce que la parte afectiva es muy importante en este trabajo. "En muchos casos nosotros somos la única visita que tienen al día y si faltas un día por enfermedad lo notan muchísimo. Nuestra función, además de asistirles, también es tratar de hacer que su vida cotidiana sea más animada y mejor", señala la trabajadora. "Yo hago de comer un poquito sentada y cuando viene Mar me hecha una mano, recoge la mesa y lo pone todo a lavar", cuenta Janina. ¿Y cuándo no viene Mar? "Hacemos una pizza o un bocadillo, cosas rápidas" añade entre risas Manuel.

La trabajadora acude una hora y media al día de lunes a viernes, y admiten que se hace corto. En ese tiempo Mar se encarga del aseo personal, de revisar la diabetes de Janina, hacer algo de terapia física y cognitiva y de realizar tareas en el hogar. Además de la necesidad que tienen de esta asistencia, este matrimonio que llevan 53 años reconocen que se sienten solos, "siempre esperamos con ganas a que venga". Cuando Mar no está se apañan como pueden hasta que llega la noche y se ayudan el uno al otro para acostarse en la cama.

Ayudas

Janina es una de las 58 personas las que reciben este tipo de ayudas en el municipio de Poio, la mayoría de ellas lo hacen mediante las prestaciones a la atención a la dependencia de la Xunta. En este caso se ofrecen ayudas en el hogar, servicio de atención diurna en un centro, servicio de atención residencial o distintas prestaciones económicas como la libranza para cuidados en el entorno familiar, destinadas a no profesionales que cuidan a los mayores de su entorno o ayudas para la contratación de un asistente personal. Además de estas ayudas que requieren un grado reconocido de dependencia, que implica un proceso de espera, el concello junto con la Diputación ofrecen las ayudas de libre concurrencia, que en la mayoría de los casos se ofrecen mientras se espera la aprobación del reconocimiento de persona dependiente. Esta última consiste en la ayuda de una trabajadora en el hogar que, en función del grado de necesidad puede ir desde 70 horas mensuales a 21.

Desde la concejalía de Bienestar Social señalan que en 2019 en Poio tuvo un gasto 268.724 euros en ayudas a la dependencia, de los que la mayor proporción la aporta la Xunta además de los copagos.

Aún así el concello contribuyó con 39.347 euros. En el caso de las ayuda de libre concurrencia el pasado año el concello subvencionó un total de 30.849 euros mientras la Diputación aportó 41.322 euros. A esto hay que sumar los copagos, que se realizan en función de la renta económica y patrimonial. Poio tiene adjudicadas un total de 2.600 horas por las ayudas a la dependencia de la Xunta y 230 en el caso de libre concurrencia.

Este servicio está enfocado a personas que no se pueden valer por sí mismas, con cierto nivel de dependencia que necesitan ayuda para necesidades básicas y cotidianas y que no tienen a nadie que les atienda en su hogar. "Si una persona viene a servicios sociales y se trata de un acaso grave está sola y tiene una dependencia se le asigna en unos 15 días", explica Rosa Fernández, concejala de este área. La situación la valora la trabajadora social del concello, que junto con la empresa Idade comprueban que se cumplan los requisitos valora que una persona tiene necesidad del servicio, aunque no esté reconocido por dependencia se ofrece libre concurrencia.

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