El sacerdote Jesús Niño acudió ayer a la iglesia de San José de Campolongo con su mascota. "Es ya el cuarto que tengo", explica a FARO a propósito de Bobi, cachorro de cocker spaniel de 7 meses que mostró todo el carácter alegre, sociable y juguetón de la raza.

- ¿Es la primera vez que oficia la bendición?

-Sí, me invitó don Casimiro [Casimiro Fernández, párroco de San José de Campolongo] y yo encantadísimo porque tengo una gran debilidad por los perros.

- ¿Muchos santos han sentido ese mismo afecto por los animales?

-Más que santos, que también, fueron literatos y músicos los que más hablaron sobre los perros.

- ¿Por qué es importante querer a los animales?

-Porque con eso demostramos que somos personas de una gran cultura, es decir, cuanta más cultura se tiene, más sensibilidad se asume con los animales.

- ¿Qué es lo que más le gusta de los perros?

-La fidelidad que tienen, su fidelidad, el perro es un animal muy cariñoso y muy leal al propietario, a diferencia del gato. El gato en cambio es más egoísta, es un amigo de la casa, mientras que el perro es amigo del propietario, del dueño.

- ¿Solo tiene a Bobi de mascota?

-Sí, solo el perro. Empecé a tener perro hace ya 20 años, cuando me regalaron un cocker, Tristán. Estaba yo de cura en Monte Porreiro y le cogí un gran cariño al perro. Él me lo tuvo también a mí y me murió desgraciadamente de un cáncer a los 9 años. Después tuve otro, Fido, que me duró algo más y también murió de cáncer. Y después tuve otro, Liam, que me atropellaron el año pasado en la Alameda, y ahora tengo a este. Solo pido que me duren muchos años porque son muy fieles, muy nobles, lo dan todo y hacen muchísima compañía.