El mundo del arte está de luto. El reconocido galerista y anticuario pontevedrés, Jaime Trigo, falleció en la jornada de ayer a los 79 años de edad. Su cuerpo se vela en la sala número dos del tanatorio de San Mauro, en Pontevedra, y hoy, a las 16 horas, tendrá lugar su incineración en la intimidad familiar.

Jaime Trigo Menlle era un apasionado del arte que, a lo largo de más de 40 años, consiguió reunir 15 siglos de arte esculpido en alabastro. De hecho, se convirtió en un referente mundial, ya que la importante dimensión de su colección, con más de 300 piezas de alabastro, supera con creces las 60 del Museo del Alabastro italiano, y las 80 del Victoria and Albert Museum de Londres.

En los años 70, cuando Trigo colocaba las obras que iba recopilando en las vitrinas del Hotel Universo de Pontevedra, no podía prever que décadas más tarde se convertiría en el mayor coleccionista del mundo de esta fortuna en piedra.

El Universo, que fue levantado por el progenitor del galerista gallego, Rafael Trigo, a caballo entre Benito Corbal y Sagasta, no solo trajo la modernidad a la ciudad capitalina en los 60, sino que se convirtió en el primer museo improvisado que albergó las valiosas piezas del anticuario pontevedrés.

En 2017, el Museo del Mar de Galicia, en Vigo, acogió la muestra 'El alabastro a través del tiempo. Colección Jaime Trigo'. En aquella gran exposición, que atrajo a centenares de visitantes, se mostraban 89 piezas de las más de 300 que Trigo guardaba en su colección privada. De aquella, el pontevedrés recordó con estas palabras cómo había dado comienzo su pasión: "Corría el año 70 y, sin ser consciente de ello, un día estaba totalmente metido en el mundo de las antigüedades, del que ya nunca pude ni quise salir".

"Los buenos ratos que he pasado buscando estas piezas por todo el mundo no se pueden comparar con nada, sentirse un coleccionista y descubrir cada una de ellas hasta que el conjunto tenga coherencia e importancia ha sido para mí más que una afición a la que he dedicado gran parte de mi vida", explicaba Jaime Trigo en la exposición.

Fue a partir de un San Miguel, pieza italiana del siglo XVI, que Jaime Trigo se enamoró de estas obras de arte que se pudieron contemplar por primera vez en el Pazo de Xelmírez de la Catedral de Santiago, en 2016.

El galerista pontevedrés se fue ayer dejando un inmenso legado cultural y patrimonial en el mundo del arte, gracias a su enorme esfuerzo por reunir estas piezas.