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Eloy Enciso: "Del último siglo el primer franquismo es la etapa todavía más oscura y por contar"

El filme "Longa Noite" del realizador lucense se proyectó en el festival Novos Cinemas

Novos Cinemas. //Gustavo Santos

El festival Novos Cinemas, que arrancó con cine gallego, se despidió también con un filme rodado en la Comunidad. Fue con el pase de "Longa Noite", del realizador lucense Eloy Enciso, premio a la Mejor Dirección en el Festival de Locarno y a la Mejor Película en el Festival Transcinema de Perú por su excepcional acercamiento a la memoria histórica.

- Tras un trabajo como "Arraianos" ¿qué se propuso contar en "Longa Noite"?

-"Longa Noite" cuenta la historia de este hombre, Anxo, que regresa a su aldea unos años después de que haya terminado la Guerra Civil y de qué es lo que pasa en esa nueva paz. En esa nueva sociedad del franquismo reaparece una persona que se creía desaparecida o muerta, no se sabe muy bien, y cómo eso cuestiona un poco el statu quo de ese momento, y qué pasa tanto con los que se consideran vencedores de la contienda como los perdedores también, que tienen que afrontar ciertas experiencias traumáticas que tienen no olvidadas pero si silenciados.

- También supone un cambio en la luz?

-Sí, tras "Arraianos" es otra exploración. "Arraianos" es una película más luminosa, más diurna y vitalista, y en esta quería explorar, también de un modo plástico y cinematográfico, la noche, la oscuridad, la penumbra. Entonces a nivel cinematográfico creo que también es más rica, más interesante, que explora esa noche y en ese sentido es más original.

- ¿El proyecto de "Longa Noite" rondaba en su cabeza hace tiempo?

-Se fue gestando poco a poco a partir de lecturas, sobre todo. Quizás el proceso más largo de la película fue la confección del guión, que está construido a partir de fragmentos, tras un largo proceso de investigación y de beber de un montón de fuentes, tanto de escritores como de gente que escribió memorias y cartas entre presos y presas de ese primer franquismo. A partir de todo ello se compuso la estructura de la película, la narración, el guión. Y eso fue quizás el proceso que llevó más tiempo, toda esa investigación de testimonios, fuentes y legado literario que todavía a día de hoy está bastante fragmentado y disperso.

- ¿Ese momento histórico nos fascina porque lo silenciamos durante medio siglo o porque sencillamente todavía no lo hemos contado?

-Por todas las razones que apunta, por todo, porque de todos los periodos o épocas relativamente recientes, de todo el último siglo claramente el primer franquismo es la etapa todavía más oscura y por contar. Tiene sentido que nos interese y que sea oscura, porque ese régimen estaba todavía configurándose, todavía se tuvo que imponer, porque no olvidemos que el final de la Guerra Civil supuso solo la victoria por el control militar del territorio.

- Vendría después otra guerra

-Todavía, sí, faltaba imponer toda una serie de cosas que se encargó de imponer el franquismo; imponer, como quiso, toda una forma de actuar, de pensar, de educar, toda una forma de hablar también y de relacionarse. Y eso es lo que cuenta la película, que no está tan centrada en hechos concretos sino en cómo se va filtrando ese sistema, esa ideología, a todas las escalas de la sociedad, desde a unos pobres frente a una iglesia al candidato a alcalde con su populismo.

- ¿Somos herederos de ese fanquismo sociológico?

-No podría ser de otra forma; si hubiera existido, imaginemos, un sistema comunista durante 40 años en España como pasó en otros países también seríamos herederos, no creo que pudiésemos esquivarlo. Con el franquismo es un poco igual que con cualquier otro sistema: el colonialismo no termina el día en que un país se independiza, cambia su himno y la bandera, sino que es todo un sistema y cambiarlo o superarlo supone no solo cambiar el nombre, así que del mismo modo somos herederos del franquismo.

- ¿Qué fue lo que más le sorprendió en esa aproximación al periodo histórico?

-Mi primera sorpresa fue no entender por qué ciertas cosas que ocurrieron (algunas se muestran en la película) y que creo que son muy importantes para entender quiénes somos y ciertas cosas que pueden pasar en la actualidad, por qué esas cosas no se nos contaron. A mi generación se nos contó muy poco y creo que de un modo bastante incompleto lo que fue aquella época, así que lo primero fue esa sorpresa. Aprendí a cuestionar ciertos lugares comunes, como que el franquismo no había sido tan malo y sobre todo que el tema de la represión y la violencia fue todo cuestión de ciertos descontrolados que poco a poco fueron controlados por el sistema. Aprendí además que queda muchísimo por contar, que la memoria de ese periodo está muy fragmentada y dispersa, los propios expertos me contaban eso, que ellos todavía están en ese proceso casi arqueológico de reconstrucción. Nos queda mucho, la historia nunca puede ser un punto final, se tiene que revisitar constantemente.

- ¿Qué opina de este buen momento del cine gallego?

-Justamente salgo de ver "O que arde", de Oliver Laxe, y me siento muy feliz, muy orgulloso. Ya la había visto, pero he querido volver a verla con mi chica y creo que sí, que efectivamente es un momento de consolidar. El cine gallego se consolida, empieza a ser más conocido y se reconoce toda una apuesta que empezó más o menos hace unos diez años. A mi me hace ilusión, con cautela porque depende de muchos factores y sobre todo no siempre tiene el apoyo que muchas veces merece de todos los sectores que deberían (la televisión u otras instituciones) y es frágil, pero sí, es un momento de alegría y celebración en el cine gallego.

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