"Es posible hacer cosas ya; no esperar a 2030 ni a 2050 para mejorar la calidad del aire, la calidad de vida y disminuir el efecto negativo que el CO2 tiene en todo el planeta", dijo el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, en la Cumbre por el Clima que se celebra en Madrid. El regidor, que fue invitado a participar en esta conferencia internacional de la ONU para exponer el modelo de Pontevedra, hizo un llamamiento a la "responsabilidad política" para mejorar tanto las ciudades como el planeta.

"Si no se hacen muchas cosas es porque no hay la decisión política de hacerlo, porque en estos veinte años, toda la ciudadanía de Pontevedra, y sus dirigentes políticos al frente, fuimos capaces de demostrar que podemos reducir drásticamente el consumo energético, mejorar las infraestructuras de abastecimiento de agua que reducen drásticamente el consumo, o reducir las emisiones por parte de los coches en el espacio público. Eso es positivo, es bueno y no hay excusas para no hacerlo", aseveró el alcalde en la mesa redonda "Experiencias inspiradoras: urbanismo y clima" enmarcada en la Jornada de la "Agenda Urbana y Cambio Climático", organizada por el Ministerio de Fomento en el marco de la Cumbre por el Clima COP25.

En su intervención, el alcalde de Pontevedra reivindicó la acción y las soluciones políticas para actuar desde lo local. "Es tiempo de actuar", dijo, con los modelos de las ciudades en las que ya se lleva tiempo actuando con resultados positivos para el clima y el medio ambiente. "Yo reivindico la política porque pienso que no hay soluciones sin soluciones políticas", dijo.

Fernández Lores insistió en la necesidad de que "cada uno, dentro de su responsabilidad política, tiene que ejercer sus competencias, pero no hay excusas para no tomar decisiones porque nosotros (en Pontevedra) demostramos que es posible", y aseguró que la ciudadanía valora la valentía política de tomar estas decisiones y puso como ejemplo sus seis mandatos como alcalde.

La llamada a la responsabilidad política fue especialmente bien acogida por los demás participantes en la mesa y elogiada por la moderadora, la directora de la Fundación Conama, Alicia Torrego, quien aseguró contundente que "necesitamos capacidad de liderazgo, alcaldes y alcaldesas fuertes para llevar a cabo políticas que promuevan cambios reales", dado que en ejemplos como el de Pontevedra esta fortaleza "funcionó".

Premio ONU Hábitat

En la mesa redonda participaron representantes de cuatro ciudades que tienen en común haber ganado el Premio Internacional de Dubai-ONU Habitat, como son Pontevedra, Málaga, Sevilla y Noaín (Navarra), con el objeto de conectar el lema de la COP25 "Es tiempo de actuar" con modelos que son el resultado de haber actuado desde hace tiempo.

Alicia Torrego presentó la ciudad de Pontevedra como un modelo consolidado en cuanto a movilidad sostenible y aseguró que "a estas alturas ya todos tenemos interiorizado que Pontevedra es una ciudad para caminar". A partir de esta premisa, el alcalde de Pontevedra explicó como la ciudad pasó de ser "un almacén de coches" a una referencia mundial en materia de movilidad y diseño urbano, gracias a un cambio de paradigma en el que el espacio público se concibe para las personas, para la convivencia y para la estancia.

Además de los datos habituales de reducción y calmado de tráfico en la ciudad, Lores hizo hincapié en la parte "no visible" de la remodelación del casco histórico explicando que paralelamente a la accesibilidad universal que se puede apreciar en el espacio urbano también se hizo una gran inversión en la renovación de todos los servicios -como en la red de agua y en el suministro de energía-, lo que supone un gran paso en cuanto al ahorro y eficiencia de los recursos naturales.

En el campo específico del medio ambiente destacó la reducción del 67% de emisiones de CO2 gracias al calmado y reducción de tráfico, y explicó brevemente el proyecto de gestión de residuos a través del compostaje, como un proyecto de futuro en el que ya se está trabajando desde el gobierno local. Indicó que toda vez se implante este modelo en el que se conjuga el compostaje comunitario e individual con una planta de compostaje, la previsión es la de reducir en un 52% de emisiones de C02.

También puso en valor la recuperación de la biodiversidad en la ciudad y animó a que cada ciudad busque su propio modelo para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y "para trabajar por el planeta desde lo local".