Al igual que ya lo hizo hace unos días el Concello de Pontevedra, la Asociación Pola Defensa da Ría, APDR, presentó ayer sus alegaciones a la propuesta de ampliación de la depuradora de Os Praceres y a la autorización de vertido de sus aguas y el emisario submarino.

Los ecologistas, como el gobierno local, están en contra de la ampliación que plantea la Xunta de Galicia y apuestan por una mejora de la misma. Proponen como solución la utilización de tecnologías "más compactas", como la de reactores biológicos secuenciales.

Además, consideran que hay "alternativas intermedias" y destacan como las más importantes que se impida la entrada de agua del mar a la red de saneamiento, así como de aguas pluviales o de las residuales que deberían depurarse "in situ", en referencia a las del Puerto de Marín y de los polígonos industriales de O Campiño y Ponte Caldelas.

También mejoraría notablemente la situación que el concello de Poio contase con su propia estación depuradora, EDAR, y que el de Vilaboa depure sus aguas residuales en otra, según la APDR.

"Burlar la realidad"

La APDR recuerda que, contrariamente a lo que afirman los redactores del proyecto, la instalación de la nueva depuradora estará afectada por el Plan Xeral de Ordenación Municipal, por el Plna de Ordenamento do Litoral y por las Directrices de Ordenamento do Territorio. "Se pretende burlar esta realidad diciendo que la instalación de la depuradora está amparada por el proyecto sectorial de Ence, por el decreto de supramunicipalidad", critican los ecologistas, que consideran que "no se puede actuar con la prepotencia que se desprende de las afirmaciones del equipo redactor del proyecto".

En su opinión, el proyecto diseñado debería ser cubierto, para evitar, o al menos paliar, los olores, la dispersión de patógenos, los ruidos y los impactos sociales y paisajísticos.

En este sentido, la asociación subraya que la alternativa elegida no puede asegurar de forma fiable la retención de biomasa y advierte de que los niveles de coliformes y otras bacterias "van a superar con creces los límites fijados por la normativa vigente para aguas de baño y de cultivos marinos".

Aguas de Ence

Respecto a la autorización de vertido, la APDR muestra su oposición al trazado del emisario y al punto de vertido por el impacto que este supondrán sobre los bancos marisqueros y las playas de Marín, "más si tenemos en cuenta que las aguas no van a cumplir con la legislación al menos hasta el primer semestre del año 2024".

El colectivo recalca, además, que las aguas de Ence "van a continuar saliendo por el emisario actual", una propuesta con la que no concuerdan por tener "una elevada carga en materia orgánica y nutrientes y una fuerte carga de contaminación bacteriológica".