Abelardo Lage Fernández es, desde la noche del domingo, el ángel de la guarda de un vecino de Samieira, de unos 60 años, que se cayó al mar en el muelle de Combarro, permaneciendo entre las piedras de la escollera sin ser capaz de salir por sí mismo, al oír sus gritos de auxilio y no dudar en acercarse al puerto y lanzarse al agua para ayudarlo, evitando lo que seguramente habría acabado en tragedia.

En torno a las 21.30 horas del domingo, Lage se encontraba en la casa de sus padres, un sexto piso en la PO-308, cuando en un momento de silencio oyó que alguien pedía auxilio. "Ya pensé que era una paranoia mía", bromea el protagonista, que relata que "me quedé en silencio para ver si volvía a oír algo y así fue. Salí a la terraza y oí claramente cómo alguien pedía ayuda. Pregunté qué pasaba y me respondieron "en el mar". Llamé al 112 y pude dar la alerta, con tan mala suerte que me quedé sin batería, así que cogí el coche y bajé hasta el puerto".

Una vez allí, este veterinario ourensano de 35 años vio que había dos personas a las que pidió que llamaran al 112. "No me hicieron mucho caso porque ellos no habían oído nada", recuerda. Y es que, según explicaron fuentes de la Policía Local, en la noche del domingo hacía mucho viento, lo que provocó que cerca del puerto no se oyeran apenas los gritos de auxilio del accidentado. Al propio Lage le costó oírlo cuando llegó, pero después se fue guiando por su voz hata llegar a la escollera, donde vio al hombre flotando y no dudó en tirarse al agua para socorrerlo. "Lo haces por instinto, en el momento no lo piensas", comenta. "Estábamos cerca de la orilla. Los dos chavales nos tiraron una cuerda y lo arrastramos hasta la rampa del puerto, aún tuve que volver a meterme en el agua para empujarlo un poco porque no podía mover el brazo ni la pierna derecha y tenía sangre en la cara".

Efectivos de Protección Civil de Poio, Guardia Civil y Policía Local llegaron entonces al lugar, así como una ambulancia que trasladó al hombre al hospital con síntomas de hipotermia, magulladuras y unos cortes. El accidentado, un vecino de Samieira de unos 60 años, se habría caído al agua tras resbalar mientras daba un paseo por el puerto.

La Policía Local de Poio quiso agradecer la valentía de Abelardo Lage: "Queremos destacar la conducta ejemplar del vecino que sin dudarlo le salvó la vida a esta persona, con ayuda de otras dos que estaban en el puerto".