El gobierno local de Poio presentó ayer su presupuesto para el próximo año, que ascenderá a 12,7 millones de euros y será muy similar al de 2019. El alcalde, Luciano Sobral, y el concejal de Facenda, Xulio Barreiro, explicaron los pormenores de la previsión de las cuentas municipales y este último admitió que, probablemente, se va a incumplir la regla de gasto porque "ao longo do ano imos gastar máis que ese teito de gasto. Preferimos cometer ese pecado e dar servizo aos veciños".

El presupuesto cumple, por tanto, todas las prescripciones legales para poder ser aprobado, pero en algunos puntos está pendiente de subvenciones y financiación por parte de otras administraciones, como es el caso de las inversiones, que recoge que ronden los 500.000 euros, pero que según apuntó el alcalde alcanzarán finalmente los tres millones de euros. En este apartado se incluyen, entre otras cosas, algunas de las obras que el Concello quiere acometer en los próximos meses, entre las que destaca la construcción de un nuevo centro de salud.

Así lo admitió Barreiro al señalar que está prevista para 2020 la adquisición de los terrenos para este nuevo centro de salud, por lo que parece que queda totalmente descartada la opción de ampliar el actual centro de salud de Anafáns. El concejal también apuntó que están buscando el terreno para un nuevo pabellón. Para financiar estas inversiones, el gobierno local pedirá 500.000 euros en préstamos, mientras que en el presupuesto contempla amortizar 574.000 euros de la deuda del Concello, que está previsto que en 2020 ascienda a 5,3 millones de euros (un 49 por ciento de endeudamiento) y por la que se paga unos 37.000 euros en intereses, algo que Barreiro calificó como "unha auténtica ridiculez nun orzamento de 12 millóns".

Las partidas de gastos más grandes son las relacionadas con el personal, que supone unos 3,9 millones (ha subido un 2 por ciento con respecto a 2019), y con los servicios corrientes, que suponen unos siete millones.

Pocas modificaciones

En 2019, los ingresos del Concello han rondado los 17,3 millones de euros, un 36 por ciento más que lo aprobado en un principio, algo que responde a las limitaciones de la regla de gasto y equilibrio financiario implantadas en su día por el ministro Cristóbal Montoro.

Tanto Xulio Barreiro como el alcalde, Luciano Sobral, señalaron que el presupuesto para 2020 es muy similar al de este año y recordaron que se mantienen las tasas municipales congeladas desde 2013. "Poderiamos ir a un orzamento máis alto, que non realista, pero preferimos quedarnos curtos a ter que corrixilo ao longo do ano", comentó Sobral, que apuntó que las cuentas responden "ao concepto que temos do concello e do seu crecemento".