El Concello de Ponte Caldelas acoge hoy un pleno urgente para tratar varios asuntos de interés municipal, el más importante el anteproyecto de la Estación Termal, que situará en Ponte Caldelas un edificio de 1.200 metros cuadrados, con charcos exteriores y piscinas interiores, que busca recuperar la tradición y el prestigio termal con el que contaba la villa.

Después de que el pasado mes de septiembre el alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, se reuniera con la directora de Augas de Galicia y consiguiera desbloquear el proyecto, modificándolo de manera consensuada con Augas de Galicia, ahora se avanza en la tramitación del mismo para poder sacar la licitación y que la Estación Termal pueda abrir sus puertas lo antes posible. Para el alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, este proyecto "será un gran potencial en todos los campos para Ponte Caldelas. Un espacio clave para el futuro turístico y económico de nuestro pueblo".

Díaz recuerda que el anteproyecto de la Estación Termal, que ya contaba con el plan de viabilidad y había sido aprobado en Pleno, no había recibido ninguna alegación en el período establecido por parte de Patrimonio, ni de Medio Ambiente, ni de Augas de Galicia.

Informe de Augas de Galicia

Sin embargo, en el momento de licitar la obra era preciso un informe favorable de Augas de Galicia y aquí fue donde llegó la "sorpresa", con un documento demoledor de Augas de Galicia donde decía que "prácticamente no podía hacerse nada" por encontrarse una esquina del edificio en un espacio catalogado como zona de flujo preferente. El que se hizo por parte del ayuntamiento fue a cambiar el proyecto y desplazar el edificio unos metros para evitar esa zona en la que no se podía construir, intercambiando la ubicación de los charcos y del edificio.

La Estación Termal de Ponte Caldelas será un proyecto modesto, muy alejado de los "castillos y macroproyectos que proponían otros partidos políticos, pero mucho más rentable y que devolverá a Ponte Caldelas su prestigio de villa termal", dice el alcalde. Pretende ser un espacio sostenible, respetuoso con los valores naturales del entorno y, al mismo tiempo, "busca ser el impulso turístico que precisa Ponte Caldelas".

De hecho, el estudio de viabilidad económico-financiera estima que la instalación arrancaría con 25.000 visitantes el primer año y alcanzará los 50.000 al quinto. Las previsiones económicas prevén un balane positivo desde el primer momento, que superaría los 100.000 euros a partir del cuarto ejercicio. Se estima la contratación de cinco trabajadores, además de una empresa de limpieza.

Se trata, según Díaz, "de un proyecto sostenible, integrado en el paisaje y que está destinado a convertirse en un de los motores socioeconómicos de la villa".