El largometraje documental "A media voz" (2019) de las cineastas cubanas afincadas entre Galicia y Ginebra Patricia Pérez y Heidi Hassa, compite en la Sección Oficial de la 32 edición del IDFA (International Documentary Film Festival Amsterdam), el certamen especializado en género documental más importante del mundo. Las directoras, acompañadas del productor, el pontevedrés Daniel Froiz (de Matriuska Producciones) presentarán el film en el certamen holandés el próximo sábado, 23 de noviembre.

Los responsables del filme explican que es a través de la correspondencia audiovisual entre ambas directoras que se articula el diálogo de este documental auto-etnográfico. "Dos mujeres de 40 años, afrontando los retos de la emigración, intentan reconstruirse lejos de Cuba. A Media Voz muestra dos historias en las que identidad, maternidad y creación se entrecruzan y se impulsan mutuamente", explican.

Según las directoras, emigrar es un proceso doloroso independientemente del lugar donde uno venga, pero en el caso de los cubanos toma un giro particular porque implica un desarraigo doble: el de la cultura y el de un sistema político. "El desfase es perpetuo. Nosotros somos la memoria viva de un mundo que desapareció, de un mundo que hubiera podido parir otra sociedad. De ahí esta especie de nostalgia que impregna nuestra existencia. Como cuerdas que vibran en el vacío, no encontramos resonancia ni en la Cuba actual, ni en otro sitio. Y esto nos conduce inevitablemente a cuestionarnos sobre nuestra identidad, a explorar el país fósil anclado en nosotras y a través de él nuestro propio imaginario"!.

La pontevedresa Matriuska Producciones (España) coproduce con Perspective Films (Francia), La 5ta Avenida Producciones (Cuba), y PCT (Suiza) este filme centrado en las experiencias de ambas realizadoras.

Heidi Hassan (de 40 años) es una directora de fotografía cubana que recientemente emigró con su pareja a Suiza, "cansada de apostar por una Revolución que perdió el sentido", añaden las mismas fuentes. Pero extraña a Cuba, "y en el país de acogida atraviesa una profunda crisis de identidad al verse confrontada a rehacer su vida en una sociedad muy distinta a la suya. Intenta integrarse poniendo toda la energía en retomar su profesión, pero ello toma más tiempo del previsto y el reloj biológico la pone en la encrucijada de tener que escoger entre su carrera y la maternidad. Desgarrada por estos dos deseos e impulsada por la urgencia de contrastar su experiencia de emigración, decide retomar la comunicación con Patricia, su mejor amiga y con la que por discrepancias políticas perdió el contacto quince años atrás cuando ésta abandonó Cuba".

Por su parte, Patricia Pérez (también de 40 años) es una cineasta cubana que emigró a España hace quince años y que recibe una video-carta de Heidi en la que le pide que retomen la amistad y pongan de lado los viejos desacuerdos. "Esta inesperada solicitud la desestabiliza", indican los productores del largometraje documental, "pues la obliga a confrontar los que fueron sus sueños con su vida actual: sin hijos, alejada del mundo en Finisterre y desconectada por completo del medio audiovisual. Aún así Patricia necesita retomar la comunicación con Heidi y se desencadena entonces una correspondencia audiovisual entre ambas cineastas; un intercambio de experiencias y posturas sobre la creación, el desarraigo y la maternidad. Un diálogo - a media voz - que les permitirá reorientar sus vidas". Lo que empieza siendo un gesto desesperado, termina convirtiéndose en un gesto cinematográfico, en una película íntima y reveladora sobre la feminidad en el siglo XXI".