"El Guernica" es un símbolo del horror de la guerra, del pacifismo y en sí mismo un viajero refugiado, un superviviente. Fue la joya de un pabellón que ya iniciada la Guerra Civil mostraba en la Exposición Internacional de París la enormidad de la cultura española: nunca en la historia se habían reunido tal cantidad de artistas y tan geniales, entre ellos Picasso, en un pabellón moderno, flexible, liviano, pura vanguardia (serviría de inspiración 20 años después para el Guggenheim de Nueva York) que representaba la voluntad democrática del pueblo frente al fascismo.

Consciente de las potencialidades propagandísticas de esa exposición internacional, en 1936 el gobierno de la República encarga a Picasso la obra. El artista malagueño, ya entonces el pintor español de mayor proyección internacional, concibe el cuadro al conocer que la Legión Cóndor había bombardeado a la población indefensa de Guernica.

Se inicia entonces un proceso de composición que la exposición Picasso. A viaxe do Guernica va documentando a través de fotografías (las más importantes, las captadas por Dora Maar) facsímiles, recortes de prensa, reportajes, carteles propagandísticos y audiovisuales.

La documentación aportada por el Museo Reina Sofía (depositario no solo del cuadro sino también de las 45 obras preparatorias), el Archivo Histórico Nacional y las Bibliotecas Nacionales española y francesa sirve para reflejar, por ejemplo, el trabajo que lleva a cabo Picasso en el estudio especial que alquila dado el tamaño de la obra (3,49 por 7,77 metros) o como el cuadro es puesto posteriormente al servicio de los refugiados de la Guerra Civil.

Tras el cierre del pabellón Picasso establece que la obra ha de seguir viajando y la exposición también documenta estos periplos internacionales. Finalizada la segunda Guerra Mundial, "El Guernica" es depositado en el MoMa, ya convertido en todo un símbolo, y volverá a España en calidad del "último exiliado" en 1981, rodeado de una enorme expectación.

La muestra podrá visitarse en Pontevedra durante un mes y también se detiene en la mitología y las interpretaciones que rodean al cuadro. Éste ha sido relacionado con un amplísimo abanico de símbolos y autores, desde los beatos románicos a las pinturas rupestres, Manet y, por supuesto, Goya.

El alcalde, Miguel Fernández Lores, y la subdelegada del gobierno, Maica Larriba, participaron en la visita inaugural, un acto en el que ejercieron de anfitrionas la directora del área de Negocio de CaixaBank en Pontevedra, Cristina Vega, la delegada de la fundación "la Caixa" en Galicia, Susan Santos, y la comisaria de la exposición, Manuela Pedrón.

El regidor felicitó a "la Caixa" por la iniciativa cultural y la oportunidad de esta exposición "mucho más tras los resultados de las elecciones" y en un tiempo "de reactivación de cosas que son motivo de esta exposición", afirmó Fernández Lores en alusión al auge del fascismo en Europa.

El diputado provincial Santos Héctor y varios concejales de distintos grupos también se sumaron al recorrido inaugural, en una jornada, el 12 de noviembre, en el que Pontevedra recuerda cada año a diez de sus vecinos fusilados en 1936.

También en ese sentido la exposición de 1937 para la que se pintó "El Guernica" fue una triste metáfora. Se seleccionaron cerca de 100 artistas, las más importantes figuras a nivel internacional que convirtieron al español, construido con los pocos recursos de un país en guerra, en el pabellón más innovador y elogiado. Casi todos los autores murieron en la guerra o el exilio.