El Meollo de la cuestión está en calibrar si la negociación del presupuesto municipal para el próximo año 2020 va a resultar pan comido para el nacionalista Raimundo González con el socialista Tino Fernández, al frente de sus respectivos equipos, y adivinar qué asunto puntual podría ocasionar alguna que otra fricción entre ambos socios de gobierno del Ayuntamiento.
Sin duda, este cocinado del presupuesto-2020 entre el nuevo PSOE y el viejo BNG supone una buena ocasión para tomarle el pulso al estado del bipartito, cuando han transcurrido seis meses de plácida convivencia, al menos de puertas afuera, sin una palabra más alta que otra y prietas las filas.
A nadie se le oculta que el concejal de Hacienda ha acumulado en estos años no poco experiencia y mucho oficio en el tejemaneje que rodea a las cuentas municipales. Solamente la socialista Margarita Castejón llegó a tomarle la medida y convertirse en la horma de su zapato. Ambos compartían unas durísimas negociaciones, con el tira y afloja va y el tira y afloja viene, sin dar su brazo a torcer, hasta que llegaba la hora de firmar el acuerdo con un aquí paz y después gloria, seguramente como mal menor.
El momento más delicado que afrontó González Carballo y el BNG durante estas dos décadas para sacar adelante un presupuesto municipal ocurrió hace tres años, cuando la oposición municipal en su conjunto ( PP, PSOE, En Marea y Cs) disponía de mayoría para tumbar cualquier asunto. Tensadas las posturas al máximo, el alcalde Lores amagó incluso con someterse a una cuestión de confianza. Pero no hizo falta llegar tan lejos porque, finalmente, Luís Rei acabó por rendirse y dar el respaldo de En Marea al presupuesto-2017, como consecuencia de la fuerte presión recibida desde Santiago a cargo de su líder, Luís Villares, que andaba en otros acuerdos celestiales.
A priori no se vislumbra ahora ningún nubarrón en el horizonte inmediato, capaz de provocar siquiera un pequeño aguacero que empañe la negociación de este presupuesto-2020. En su montante total de 78,2 millones de euros parece que habrá para contentar a todos, aunque a unos más que a otros, como siempre ocurre con el reparto del dinero. Pero ya veremos si el cocinado en cuestión necesitará más o menos fuego para estar al punto.
