El calendario puede generar simpáticas casualidades, como la que ayer se vivió en Campo Lameiro. Colgado de la fachada de la casa consistorial apareció un murciélago. Curioso, habida cuenta la celebración del Samaín.

La curiosa escena se tomó como un guiño de la naturaleza a la celebración de la noche más terrorífica del año. El murciélago se mantuvo descansando "plácidamente" en uno de los muros del edificio consistorial, sin generar ninguna incidencia más allá de llamar la atención de los transeúntes.

Encontrarse con un murciélago a plena luz del día en el centro de la villa no es una escena habitual. El animal estaba tan tranquilo que hasta le pudieron hacer fotografías y acercarse a él para observar sus características. Tras el Samaín retomó el vuelo para posarse en otro lugar, esta vez lejos de tantas miradas curiosas.