Cuenta la tradición que en estas fechas nuestros antepasados vienen a visitarnos, una comunión con la memoria que se traduce en cientos de visitas a los cementerios de la comarca, ya sea para la limpieza de los panteones o, como sucederá a lo largo de la jornada de hoy, para adornarlos con velas y flores.
La lluvia no frena estos planes y las flores volvieron a ser, en la víspera de Difuntos, las multicolores protagonistas del mercadillo de Todos los Santos, una cita que convocó a cientos de compradores en A Ferrería y también en las floristerías del Mercado y su entorno.
Avelina Mouriño es una de las 6 cultivadoras de la parroquia de Campañó que participa en el mercadillo. Explica que "llevo más de 40 años viviendo. Ahora es muy diferente, antes solo había flor pequeña y morada o blanca, que era la que había por aquí, ahora hay muchísima variedad y muchas flores importadas".
Orquídeas, peonías o híbridos de rosas en todo tipo de colores, como el azul, son algunas de las nuevas incorporaciones, a precios desde los 4 euros el paquete de margaritas o crisantemos (la flor por excelencia de esas fechas), a los 7 de los claveles o los 12 del grupo de rosas. Por su parte, los que optaron por centros o coronas tuvieron que multiplicar el presupuesto para hacerse con este tipo de arreglos con mayor trabajo.
En otra plaza, la de España, el Pontevedra Rugby Club inauguraba la Outubrofest, que estrena emplazamiento pero repite precios, tanto de las cervezas como de las salchichas y codillos, los más demandados.
La previsión es servir hasta el domingo (la carpa de la fiesta abre de 12 del mediodía a medianoche) unos 9.000 litros de pintas y 1.000 codillos.
Otros que saben disfrutar de la fiesta de Samaín son los pequeños de la casa, caso de los alumnos de la escuela Bicos, que amaneció ayer llena de pequeños esqueletos, divertidas brujas y momias.
