Hace escasos diez días, dos escuelas infantiles del municipio de Cangas y tres de A Coruña registraban también diversos casos de intoxicación que afectaron, en el caso del concello cangués, a 9 pequeños con edades comprendidas entre 0 y 3 años.

Los síntomas fueron similares a los producidos esta semana en los 41 niños de Pontevedra y Marín: reacciones cutáneas consistentes en la aparición de manchas rojas en la piel, picor y escozor en los ojos.

La rápida actuación de las responsables de ambos centros hizo que ninguno de los otros niños del segundo grupo se vieran afectados porque se cambió el menú a otro de sustitución y se activó el protocolo dando la alerta al Consorcio y a Epidemiología al tiempo que se pidió a los padres que llevaran a los niños a sus pediatras.

Desde la consellería se explicó que las muestras recogidas por el personal de Saúde Pública, tanto en el pescado en crudo, en la empresa de catering en Santiago, como en el cocina, dieron positivo en histamina, que es una sustancia que se forma por la degradación del aminoácido que se llama histidina y que tiene "como causa más plausible" la ruptura de la cadena de frío del alimento. En este caso desde la consellería aseguraron que dicha ruptura tanto pudo ser en el barco de pesca como en la propia empresa de distribución del pescado y que el alimento llegara ya en malas condiciones a la empresa de catering. De hecho, señalaron que el catering cambió de proveedor de pescado hace un mes.

En este caso, la Consellería de Política Social detalló que las intoxicaciones "no fueron nada grave", pues la reacción alérgica no duró más de un día, y que no fue un caso generalizado, ya que solo algunos niños tomaron la palometa y no todos los que la tomaron se vieron afectados de la misma manera.

Debido a esta alerta alimentaria, la Xunta revisó los menús de otras escuelas infantiles de Galicia, pero solo detectó irregularidades en estas cinco.