Un patrimonio natural y paisajístico único, capaz de destacar incluso entre las bellísimas rutas jacobeas, y otro artístico, arqueológico y monumental igual de deslumbrante. Son los principales factores que explican el éxito del Camino Portugués, un auge sin precedentes que hace que este itinerario cierre la temporada 2019 con cifras récord de peregrinos.
El próximo día 31, cuando se despida oficialmente la temporada de peregrinaciones (el periodo de mayor afluencia se extiende de abril a octubre) la Oficina del Peregrino habrá superado los 85.000 caminantes registrados.
Supone unos 4.000 más que los contabilizados por esta oficina dependiente de la Catedral de Santiago, en la Archidiócesis de Santiago de Compostela, durante todo el pasado año.
Así, la ruta jacobea que pasa por Pontevedra concentra ya la cuarta parte del total de peregrinos que llegan a Santiago y solo en el albergue de la ciudad del Lérez despedirán la temporada tras haber atendido a más de 11.000 caminantes.
En albergues próximos como el de Caldas de Reis la afluencia también ha superado todas las expectativas. María José Fariña, de la Posada Doña Urraca de la villa termal, explica a FARO que "está siendo el mejor otoño con diferencia" en la década que lleva abierto su establecimiento. "Ha sido una locura de afluencia y continúa siendo asombrosa, los propios peregrinos están sorprendidos con la cantidad de gente", añade.
Es un positivo balance en el que también coincide la administración. La concejala de Promoción Económica, Yoya Blanco, destaca que "es evidente la repercusión del Camino en el turismo en Pontevedra. En esta temporada que ahora se acaba notamos especialmente que el volumen de peregrinos subió en la ciudad, es algo que se notó en la oficina de turismo pero también a simple vista en las calles. Es evidente que comienza el Xacobeo en este 2019".
El hostel Aloxa abrió sus puertas en 2014 y sus portavoces expresan su satisfacción por estos 5 años en los que la afluencia se ha ido incrementando y han recibido a peregrinos de todo el mundo, "desde personas procedentes de Canadá a las que vienen de Nueva Zelanda, Sudáfrica o Corea, que hemos atendido a muchísimos, o Japón, hay de todo".
El Camino Portugués es una ruta todavía sin excesiva masificación (a pesar de las aglomeraciones que se registraron este verano a las puertas del albergue, que a diario cubría todas sus plazas en solo unos minutos) ni casos frecuentes de picaresca. "De momento en el Camino Portugués todavía no nos han hablado de ese tipo de episodios", señalan desde el albergue Aloxa, una perspectiva en la que coinciden en el hostel Acolá, una de las más recientes incorporaciones al mapa de la hostelería local.
Cierra su segunda temporada y su responsable, Camilo Garrido, veterano conocedor de las rutas jacobeas, explica que "estamos contentos" con sus dos años de actividad, "no se da todavía el caso de la sobreoferta", un escenario que "probablemente lo veremos en uno o dos años, como ya viven en el Camino Francés".
Esta misma semana la comisión municipal de Urbanismo dio el visto bueno a la puesta en marcha en la calle Enfesta San Telmo de dos edificios con destino vacacional. En un caso se solicitó licencia de cambio de uso para convertir el inmueble en albergue, y en otro se autorizó un edificio de apartamentos turísticos.
Estas nuevas instalaciones se sumarán a una oferta de alojamiento cada vez más amplia. A mayores "hay algo que no se contabiliza", recuerda Camilo Garrido, "y es que sumados a establecimientos como el nuestro, a pie de calle, están todos los pisos que se alquilan, una bolsa invisible y que son bastantes más plazas".
La previsión del sector es que este fenómeno continúe en aumento en los próximos años. "Ya hay mucha oferta de alojamiento en pisos en este momento, aunque no era algo estrictamente legal ya hay mucho en Pontevedra", indica el hotelero.
Constata, por otra parte, como el perfil de los peregrinos cambia a medida que avanza la temporada. En junio y julio "predominan los grupos de estudiantes y profesores que empiezan las vacaciones, mientras que agosto está muy asociado a las vacaciones españolas. En septiembre sube el turismo extranjero y aumenta la edad media, ya que son parejas o grupos que no dependen de las vacaciones escolares de los niños, y en octubre son mayores y la gran mayoría extranjeros".
