"Hoy es un día histórico para España y los socialistas estamos muy satisfechos de cumplir con una decisión pendiente en una democracia como la nuestra", señaló Gonzalo Caballero a propósito de la salida de los restos de Franco del Valle de los Caídos. El secretario general de los socialistas gallegos realizó estas manifestaciones durante el acto de recuerdo celebrado ayer ante el monumento a los Dez de Pontevedra, fusilados en 1936. Esta ofrenda coincidió con la exhumación de los restos del dictador "una asignatura pendiente", añadió, "para perfeccionar nuestro modelo democrático".

Caballero insistió en que "ante la ultraderecha hay que hacer un cordón sanitario" y que la retirada de los restos es una oportunidad para que "la derecha de este país que no quiere tener convivencia ni connivencia con la extrema derecha aproveche la oportunidad para respaldar al Gobierno y no llegar siempre tarde a los avances de este país", en alusión a temas como la ley del aborto, el matrimonio homosexual, la legislación sobre la muerte digna o, en este caso, la memoria histórica.

Considera que el partido que lidera Santiago Abascal, supone "un riesgo de retroceso para el conjunto del país" y no ocultó que las políticas que defiende Vox "nos preocupan en materia de derechos, de libertades, de igualdad entre hombres y mujeres, de tratamiento a las cuestiones de inmigración".

Frente al riesgo de involución presentó un Partido Socialista "que construyó el modelo Constitucional en el que vivimos. España progresó cuando gobernamos los socialistas, con Felipe González, con Rodríguez Zapatero, ahora con Pedro Sánchez, y la posibilidad de que la extrema derecha pueda inspirar las políticas de un gobierno de Pablo Casado es algo que nos preocupa y que queremos evitar porque supondría un retroceso en todo lo que queremos construir y hacer avanzar".

Numerosos socialistas gallegos, entre ellos la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, el ex delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, el congresista Guillermo Meijón, la parlamentaria Patricia Vilán, o familiares de represaliados como Marica Adrio, sobrina del histórico socialista Gonzalo Adrio (fallecido el pasado año) también desafiaron a la fuerte lluvia para sumarse al acto convocado por los socialistas. Tuvo lugar a mediodía ante el monolito que recuerda a los fusilados Amancio Caamaño, Víctor Casas, José y Germán Adrio, Telmo Bernárdez, Luis Poza, Paulo Novás, Benigno Rey, Ramiro Paz y Juan Rico, protagonistas cada 12 de noviembre del homenaje de Pontevedra a los represaliados por el franquismo.

El alcalde de Pontecaldelas, Andrés Díaz, o el exconcejal Luciano Esperón también se sumaron al homenaje, que abrió el delegado de Zona Fanca, David Regades, recordando que "hoy es el día en el que se acabó con la vergüenza histórica de un monumento dedicado a un dictador".

Ante un monumento erigido a quienes murieron "por negarse a apoyar a los golpistas", expresó su convencimiento de que "hoy las heridas comienzan a cerrarse".

"No es venganza, es justicia"

David Regades fue uno de los que tuvo un recuerdo especial para Gonzalo Adrio, que a pesar de la dura represión que sufrió su familia (su hermano José y su tío Germán fueron fusilados) tituló su libro Sin odio, sin rencor, pero el recuerdo vivo. Eso resume, señaló Regades, "una vida de trabajo, compromiso ético y político, que deberían ser lo mismo. Falleció hace un año y ojalá hubiese vivido un año más" para ver como los españoles somos hoy "más justos, libres y demócratas".

María Ferreirós, secretaria de Memoria Histórica de los socialistas, incidió en que "un dictador no puede estar con más de 30.000 víctimas" en un mausoleo que "para unos es un monumento y para otros una fosa".

Con este acto, añadió, los socialistas honramos a las familias" y colectivamente nos equiparamos "a las democracias más avanzadas de Europa. No es venganza, es justicia".

La subdelegada del Gobierno fue la encargada de portar la corona de rosas rojas en la ofrenda ante el monumento a los Dez de Pontevedra. Maica Larriba fue una de las que lamentó que España sea el segundo país del mundo con más desaparecidos, tras Camboya, y expresó su convencimiento de que "hoy se cumple una deuda con más de 200.000 desaparecidos que todavía están en las cunetas".