Rocío Novegil Bértola, vecina de la parroquia pontevedresa de Lérez, denuncia que el párroco de San Benito, Crisanto Rial, le impidió leer una carta de despedida en el funeral de su padre, llegando a utilizar la fuerza física para tratar de arrebatarle el escrito.

El suceso ocurrió el pasado miércoles, al finalizar la ceremonia de exequias por el padre de la afectada. Antes de iniciarse el oficio la mujer pidió al sacerdote decir unas palabras en homenaje al difunto y el párroco demandó leer antes el escrito, pues quería saber "si era apropiado o no", según explica Novegil.

"Se la hice llegar y ante el asombro de todos los asistentes me respondió que no podía leerla, que lo único que podía leer era una lectura del Misal marcada por él", indica esta mujer.

Llegado el momento final de la ceremonia, y aconsejada por sus allegados, Rocío Novegil intentó leer igualmente el escrito que había preparado, entendiendo que el contenido del mismo no podía ofender a nadie, tampoco al sacerdote.

En ese momento el párroco se dirigió a ella e intentó arrebatarle el papel, llegando a forcejear con la mujer y a darle "un manotazo" en las manos, según afirma la afectada.

Los asistentes al funeral recriminaron la actitud del sacerdote con gritos como "sinvergüenza", "no tienes humanidad", o "déjale leer la carta", entre otros.

"Esta ha sido sin lugar a dudas la semana más triste de mi vida, porque he perdido de forma totalmente inesperada a una de las personas más importantes de mi vida: mi padre", manifiesta Rocío Novegil al narrar lo ocurrido.

"Con mucho dolor"

"Con mucho dolor""Mi último deseo era leer en su funeral una despedida totalmente personalizada, cariñosa y redactada con mucho dolor", añade, si bien ante su sorpresa y la de todos los asistentes "el párroco, Don Crisanto me dijo que no podía leerla, que lo único que podía leer era una lectura marcada por él", explica.

Cuando la mujer trató de iniciar la lectura de su carta -narra la afectada-, el sacerdote "se puso detrás mío e intentó quitarme el papel diciendo que eso no estaba permitido en la iglesia".

La mujer se dirigió entonces al centro del templo, al lado del féretro, para tratar de retomar la lectura del escrito que había iniciado desde el oratorio, y según explica en ese momento el párroco la persiguió tratando de impedírselo. Fue en ese momento cuando todos los asistentes recriminaron al cura su actitud y le instaron a dejar a la mujer leer su carta.

"No hería a nadie"

"No hería a nadie"La denunciante explica que "mis palabras no herían a nadie, eran para mi padre" y añade que "la situación se volvió tan embarazosa que todas las personas allí congregadas levantaron su voz para defender mi deseo". Ante esta situación el sacerdote "se sintió realmente confundido y cejó en el forcejeo de evitar mi lectura", añade.

Rocío Novegil subraya que este suceso se produjo en un momento de profundo dolor para la familia, que trataba de darle el último adiós a su ser querido con unas palabras de homenaje, que el párroco quiso impedir utilizando incluso la fuerza.

Texto íntegro del escrito que redactó Rocío Novegil

"Solía pensar antes de perderte que nada me podría pasar. Lo cierto es que la vida da muchas vueltas, a veces es injusta y nosotros no comprendemos porqué. Perderte ha sido lo más duro que me ha pasado en la vida y ahora el vivir tu ausencia cada día, ver vacío el lugar que ocupabas en la mesa, que no estés en las fechas importantes, o que nunca más vamos a poder cantarte el Feliz Cumpleaños va a ser muy doloroso.Aunque duela, quiero recordarte como tú hubieras querido que lo hiciese, con mucha alegría, con mucho amor y quedarme con todos los buenos momentos que disfruté de ti. Porque tengo que decir que he tenido, y tendré conmigo, al mejor padre del mundo. Tú y mamá me enseñasteis el valor de la familia y de la honestidad.Me dejas un gran tesoro que no se puede robar, todos tus recuerdos, nuestras conversaciones, aventuras...Quiero decirte mil veces gracias, gracias por ser como eres, por enseñarme tantas cosas y hacer de mí la persona que soy hoy en día. Siempre confiaste en mí, en que me convertiría en alguien grande.Te prometo que lo voy a conseguir y estarás orgulloso de mí y yo de ti porque con esto aprendo que las personas más importantes en mi vida no solo las veo con mis ojos sino también con mi corazón.Papá, te quise, te quiero y hasta el infinito te querré".

Pide a la Iglesia "que tome medidas con este párroco, que está en conflicto permanente con los feligreses"

La afectada por el altercado con el cura en pleno funeral de su padre, que se declara católica y cristiana, pide a quien sea responsable de la actuación de este sacerdote que "tome las medidas apropiadas con este párroco" que está "en conflicto permanente con los feligreses", asegura.

"Porque lo que este párroco parece no entender es que la Iglesia es la Casa de Dios, no la suya, donde la comunidad cristiana se reúne a orar y a participar de diferentes rituales. La iglesia la formamos todos los cristianos", expone Rocío Novegil.

La mujer agradece, por otra parte, el apoyo demostrado por todos los asistentes al funeral, allegados y vecinos que llenaban el templo de San Benito de Lérez, y que masivamente reclamaron al párroco que le dejase leer la carta. Explica que los asistentes aplaudieron sus palabras al finalizar la ceremonia, con una larga ovación.

Al denunciar estos hechos Rocío Novegil Bértola recuerda que el párroco del Divino Salvador de Lérez, Crisanto Rial, ya ha protagonizado anteriormente varios conflictos con los feligreses y con los vecinos de esta parroquia, por lo que insta a los superiores eclesiásticos a investigar lo que ocurre en esta feligresía y a tomar medidas respecto al sacerdote. "Es el cura de San Benito de Lérez, pero se cree más que el Papa de Roma", concluye.