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La segunda vida de las cosas

Pontevedra cuenta con varias tiendas de ropa y artículos usados donde se pueden encontrar objetos únicos y grandes ofertas para clientes de todo tipo

Joven buscando vinilos en Los juncales. // Gustavo Santos

Hay algo más allá de la vorágine de fabricar y consumir nuevos artículos para sustituirlos, pasado un tiempo, por otros. Es comprar de segunda mano, darle una segunda oportunidad a las cosas y así además en muchas ocasiones poner un toque vintage, que ahora tanto se lleva, a nuestra vida.

En Pontevedra son varias las tiendas en las que se puede encontrar, literalmente, todo lo que se pueda imaginar. Desde piezas de porcelana a cámaras de fotos pasando por ropa, maletas antiguas, instrumentos de boticario o electrodomésticos. Todo a mejor precio o revalorizado, por tratarse de una pieza especial.

Entre los perfiles de compradores de segunda mano, como en los artículos, también hay de todo. Desde jóvenes a mayores así como personas con muy alto y muy bajo poder adquisitivo. "Aquí viene desde gente con mucho poder adquisitivo hasta personas con muchas necesidades. Pero también diseñadores e interioristas y coleccionistas, incluso se alquila material para productoras", asegura José Manuel, empleado del "rastrigüedades" Los juncales. Un almacén inmenso en el que los propios trabajadores admiten que a veces es difícil saber qué hay y qué no, si es que hay algo que no puedan tener. Pero para el ese "es el encanto que tiene, que puedes encontrar cualquier cosa". Su duelo aprendió el oficio en Inglaterra y decidió montar aquí su propio local.

Entre las piezas más especiales que han pasado por sus manos recuerda una bitácora de un barco que fue a parar a un museo del mar de Cartagena, una pieza valiosa no es fácil de encontrar.

Compra a particulares

El local se dedica a comprar a particulares, pagando en el momento, aquí la experiencia es clave para saber qué es lo que más se vende y no. Y en esto no tiene cabe duda, lo que más se vende ahora es lo vintage, tanto en mobiliario como en objetos, sobre todo de los 70 y 80.

También reciben a mucha clientela que se dedica a manualidades y buscan restaurar muebles.

Otro de los puntos más emblemáticos de artículos de segunda mano, About vintage, se encuentra en calle Padre Sarmiento. Allí lleva José 30 años con la tienda, viajando por toda España para el vaciado completo de pisos y la participación en subastas para poder traer a Pontevedra las piezas de segunda mano más especiales.

Todo surgió del deseo de montar un negocio diferente, unido al especial cariño por estos objetos, que tienen ya una vida que contar.

"Nunca sabes lo que te vas a encontrar, cuando vas a un piso", ese es el encanto de este trabajo y su tienda. Lo que más le funciona son, sin duda las piezas de porcelana y de cocina, como la mítica botella de casera, frascos antiguos o viejos carteles de publicidad.

Dentro de todo, lo importante es que sean piezas buenas y diferentes y si son anteriores a los 60, mejor. En la mayoría de los clientes hay un denominador común, buscan objetos que todo el mundo lo recuerda, un valor sentimental que se sigue buscando con el paso de los años. Para él, la pieza más especial que ha llegado a tener fue un lote de iconos rusos del siglo XVIII "grandísimo y fabuloso", que ademas tienen un gran valor económico.

Vestir vintage

La ropa vintage está cada vez mas en tendencia, pero a María Jácome, le viene de cuna. Cumple ahora seis años con Vintage Village, pero desde pequeña ayudaba en verano a sus padres a vender este tipo de ropa en mercadillos. Además, al finalizar sus estudios vivió en Londres, allí el espíritu vintage la invadió aún más.

Aunque reconoce que los pontevedreses aún no están del todo abiertos a este tipo de tiendas de ropa, admite que no le va mal y agradece tener una clientela universitaria más alternativa a la hora de vestir.

Además cada vez más observa un perfil de gente que huye del "fast fashion" o la moda rápida y está más concienciada hacia un consumo responsable. "Tengo clientes que me dicen que antes compraba en Inditex y ahora no, y se muestran muy indignados con esa industria". Aunque admite que no son la mayoría.

Otros buscan ropa de calidad, porque según ella "la ropa de antes es increíblemente mejor que la de ahora. Es ropa que, si la tratas bien, te puede durar toda la vida. Los jerseys noruegos y de Islandia son increíbles, parecen nuevos, porque son una lana tratada y duran muchísimo, además de tener buenos patrones y estar bien hechos", alega en favor de estas prendas.

Mientras otros buscan vestir diferente y más barato. Un abrigo de pura lana ronda los 40 euros mientras en las tiendas valdría al menos 200 euros.

En cuanto al perfil de compradores, de nuevo son clientes mayoritariamente jóvenes, pero también hay un 30% de personas mayores que buscan la ropa de antes o incluso paños bordados. Personas que, en muchos casos acompañan a sus nietos y descubren las marcas que siempre compraron.

Joyas a precio de ganga

En la tienda tiene un espacio especial para prendas de grandes marcas. En este sentido lo más buscado es la mítica gabardina de Burberry, además, chaquetas de Escada o Moschino. Las gabardinas tienen un precio de 150 euros mientras las chaquetas rondan los 50 euros.

En este armario especial ha llegado a tener una falda de Christian Dior forrada de seda "que no me duró ni tres días" , un abrigo de Yves Saint Laurent o piezas de Versace, en la época de Gianni, la más cotizada.

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