El juicio por el conocido como crimen de Ponte Caldelas ha comenzado este lunes en la Audiencia de Pontevedra. Marcos Vidal, acusado de matar a Manuel Rivas Muíños el 28 de noviembre de 2015 se confesó autor de los hechos y dijo al tribunal que no espera "piedad" del jurado. No declaró ante las preguntas de las partes, pero sí manifestó ante la presidenta de la sala que "ya me declaré culpable y siempre me declararé culpable". También se refirió a la familia de la víctima, manifestando que merecen "justicia" y subrayó que si él perdiera un hijo "también pediría que me encerrasen o que me fusilasen si fueran otros tiempos".

El inicio del proceso judicial ha rememorado el terrible suceso, incluyendo la llamada que Marcos Vidal realizó al 112 minutos después de cometer el crimen y que el programa de Antena3 "Espejo Público" sacó a la luz en 2017. La conversación comienza con el autor confeso pidiendo que una patrulla de la Guardia Civil acuda a la Calzada, en Ponte Caldelas: "Me tiene que venir a buscar a mí, que soy el homicida", explica sin titubeos.

La operadora del 112 realiza una serie de preguntas a su interlocutor, a lo que él responde: "Encontré al exmarido de mi novia con ella en la casa. Lo acuchillé con una navaja".

Tras esta declaración, el servicio de emergencias pasa la llamada al puesto de la Guardia Civil, donde un agente le pide a Marcos que relate lo ocurrido: "Yo llevaba un tiempo sospechando que mi novia me engañaba y decidí hacer una prueba. Decidí ir a su domicilio y ver si realmente era cierto. Y resulta que sí, que su exmarido estaba allí en su domicilio cuando ella me decía que no. Ellos se separaron, ya hace tres años que estamos juntos, hace tres años que se separaron. Y aún hablé con ella ahora por la mañana, que estuve malo de noche, que me dolía el estómago".

Ante las preguntas del guardia civil, Vidal continúa su relato: "Yo yendo al psiquiatra, tomando tratamientos, yendo al psicólogo€ Haciendo terapia de conducta... Porque a mí había cosas que no me encajaban y me estaba volviendo loco, porque no era una realidad lo que estaba pasando. Y no me daba cuenta".

"¿Y qué es lo que ha ocurrido?", inquiere el agente. "Que lo acuchillé. En todo el cuerpo. Lo dejé agonizando(...) Mande una patrulla por aquí para que me detengan y me lleven al cuartel", contestó de manera fría y rotunda Marcos Vidal.

La Fiscalía solicita una condena de 20 años de prisión (que la acusación particular eleva a 25 años) por un delito de asesinato con ensañamiento.