Y no fue capaz el Pontevedra de remontar el dos a cero con el que el Castilla se plantó en el minuto trece de juego. Los granates no entraron bien en el partido, no se sintieron cómodos y lo pagaron con una nueva derrota para el conjunto dirigido por un Luismi Areda que cambió por completo el estado anímico de los suyos tras el paso por los vestuarios ya que, después de un nefasto primer tiempo los de Luismi reaccionaron y supieron plantarle cara a los de Raúl González, marcaba Adighibe y mandaban en las ocasiones, tuvieron la oportunidad de marcar más goles, pero un iluminado Altube y la falta de eficacia de los atacantes visitantes acabaron concluyendo con la victoria merengue, que supo aguantar el resultado y resistir las acometidas del bando gallego que tendrá que esperar al próximo fin de semana para remontar el vuelo a los puestos altos de la clasificación.

Arrancaba el encuentro sobre el verde del di Stéfano, los gallegos empezaban defendiendo las primeras galopadas de los blancos, un disparo tímido de Pedro directo al lateral de la red abría las ocasiones. No tardaba en llegar el primer gol para los locales, un gran centro de Baeza en línea de fondo llegó al pie de Ayoub que colocó a la perfección el esférico para que nada pudiera hacer Edu. Pero no tardaría en llegar la reacción de los pupilos de Luismi Areda, ya que un minuto más tarde del tanto blanco, llegaría una doble ocasión, la primera para Álex Fernández, de falta directa, mandaba el balón rozando el larguero, después sería Adighibe quién al recibir un balón en el área chica no llegó a golpearlo por esperar. Los madridistas no bajaban el ritmo, la banda derecha protagonizaba el incio de las jugadas de peligro.

Por el centro se iba a originar el segundo del Castilla, un pase espectacular de Antonio Blanco entre líneas dejaba sólo a Baeza que, a placer disparaba con el interior de su pie izquierdo para mandar el balón al fondo de la red. Estaba siendo el peor inicio del Pontevedra en lo que se lleva de temporada.

El segundo gol provocaba que el ritmo de juego descendiese, se notaba que el arreón de los primeros minutos de los blancos conllevaba una gran carga física que los jugadores de Raúl González necesitaban recuperar, iba ser en este momento en el cuál el Pontevedra comenzase a originar las jugadas de peligro, Víctor Vázquez estuvo a punto de acortar las distancias en el marcador con un testarazo que envió al larguero de la portería defendida por Altube. Pedro sería el siguiente en contar con una gran ocasión, un pase en profundidad sería aprovechado por el veintiuno merengue para estar a punto de lograr el tercero, pero su disparo desde la frontal se marchó por encima de la portería. Debido al gran despliegue físico los blancos comenzaban a hilar largas posesiones, esperando los desbarajustes defensivos de los del Lérez para causar más daño, el punto débil eran las bandas. Se llegaba al tiempo de descanso con el dos a cero en el marcador y un conjunto granate muy dañado por su mal inicio en el partido.

Se echaba de nuevo el balón a rodar en el césped de la Ciudad Real Madrid y la primera ocasión sería para los de Luismi, un centro desde la esquina de Álex Fernández sería rematado por Pol, que se anticipaba a todos los defensas madridistas y forzaba una gran parada de Altube, que tuvo que detener en dos tiempos. Los blancos cometían imprecisiones con el balón, sobre todo en la salida desde atrás, no estaban combinando bien y el conjunto granate penaba esos fallos con ocasiones clarividentes de gol, estaba siendo un buen inicio para el Pontevedra. Un balón muerto en el área fue rematado por Adighibe, envió el balón al larguero tras realizar una tijereta. Apretaba el Pontevedra y los merengues sufrían en la tarea defensiva. En cambio, los granates creaban peligro fácilmente, Jordi en el segundo palo enviaba el balón contra el larguero tras recibir un gran centro raso de Marvin.

Es cierto que el Pontevedra mandaba en el número de ocasiones, pero los de Raúl González aprovechaban muy bien los espacios que creaba la defensa granate. Llegaba el premio del gol para el Pontevedra, un jugadón por la izquierda de Álex González finiquitaría realizando un pase de la muerte para un Adighibe que no perdonaba y recortaba las distancias en el luminoso. Comenzaba un partido nuevo, dos minutos después del gol los de Luimis contarían con otra gran ocasión, un disparo dentro del área de Víctor que despejaba con los pies Altube.

Apretaba más que nunca el Pontevedra, entraba el miedo en el Di Stéfano, el encuentro se le estaba yendo de las manos a un Madrid que perdía su poderío en el juego, ambos técnicos introducían jugadores de refresco, pero no variaba el estilo de juego, los granates continuaban buscando el gol del empate sin cesar y los blancos aguantar el resultado y montar un contragolpe que sentencie el partido con un tercer gol.

Los últimos minutos fueron tremendamente intensos, el Castilla aguantaba atrás y labraba desde su portería largas jugadas con el balón en su poder, eran conocedores de que el tiempo estaba agotándose, circunstancia con la que supieron lidiar en el último tramo.

Finalizaba el encuentro con un gol anulado por fuera de juego para el Pontevedra que veía derrumbarse un sueño que tocaban con los dedos de las manos, el Madrid Castilla oficializaba los tres puntos.