¿Cómo se forma a un restaurador y con qué criterios realizan sus intervenciones estos profesionales? Son algunas de las dudas que pudieron resolver ayer los participantes en la jornada de puertas abiertas que celebró la Escola de Restauración, una visita enmarcada en las actividades que celebra la Asociación de Conservadores Restauradores de España para conmemorar su día europeo.

Álvaro Arizaga, jefe de estudios del centro, ejerció de anfitrión en una ruta en la que se visitaron los talleres y laboratorios, donde los profesores y alumnos explicaron sus respectivos trabajos.

En la escuela capitalina se llevan a cabo restauraciones de patrimonio escultórico de todo tipo. "Mucho es eclesiástico, patrimonio pictórico (pintura sobre lienzo y sobre tabla o metal y mural, que no restauramos aquí pero se hacen prácticas) y arqueológico de todo tipo, como cerámica, vidrio, metal, mortero o pintura mural salida de yacimientos", indica el jefe de estudios de Restauración.

Este centro, el segundo de España de su especialidad tras el de Madrid y el único gallego, inició su andadura en 1991 en el monasterio de Poio y tres años más tarde ocupó su actual sede en el antiguo cuartel de San Fernando.

Desde ese momento se han formado en sus aulas decenas de profesionales que hoy ejercen en varios de los más importantes museos. Integrada dentro de las enseñanzas artísticas a pesar de su formación científica, cuenta este curso con 80 alumnos.