En Marín, el servicio contratado por el Concello incluye un número de teléfono al que se puede dar un aviso en el caso de que los vecinos quieren que se revise su tejado o tienen constancia de que hay algún nido de gaviota. Según explican fuentes municipales, "las llamadas están yendo en aumento" últimamente en este ayuntamiento.

La concejala de Medio Ambiente, Marían Sanmartín, anunció en los últimos días que se va a instalar una nueva jaula en el entorno del mercado para intentar minimizar el número de ejemplares que se congregraban en torno a esta instalación buscando restos de comida. Se trata de una jaula trampa con capacidad para 50 palomas y con 20 kilos de comida y un bebedero de 40 litros de agua. Se revisa semanalmente, de tal forma que los técnicos de Larus se llevan las palomas para desparasitar y evaluar su estado. La mayoría suelen estar muy enfermas por lo que son eutanasiadas. Los ejemplares sanos y recuperables se sueltan en entornos naturales.

La retirada de nidos y polluelos es otra de las tácticas para combatir la presencia exagerada de estas aves, así como la utilización de rapaces como águilas y halcones. Los bares de Pontevedra intentan evitar su presencia con réplicas de buhos y rapaces para intentar asustarlas, pero sin excesivo éxito.